Bajo la intemperie, con lonas y casas de campaña, vecinos de las calles Torno y Engrane pasaron la noche sobre la azotea de sus casas en la colonia La Rueda, donde la crecida del río afectó gravemente seis calles y privadas, en las cuales la mayoría de los residentes carecían de un lugar a donde ir.
Camas, estufas, refrigeradores y muebles de primera necesidad fueron dañados por completo durante el anegamiento, cuyos estragos continúan visibles. Así mismo, algunas alcantarillas del lugar continúan expulsando agua fétida, complicando la movilización entre las calles.
Sin agua ni luz eléctrica, las familias que decidieron no abandonar sus domicilios por temor a los robos a casa habitación, carecen de alimentos o medios para calentarlos y en todo caso, están logrando salir del área afectada mediante el servicio de transporte que la Guardia Nacional está brindando en la zona, para ir a recibir los alimentos que algunos particulares han llevado para repartir a los damnificados.
De acuerdo con el gobernador del estado, Mauricio Kuri González, fueron 150 las personas que se negaron a abandonar sus hogares durante la evacuación que se llevó a cabo durante la madrugada del pasado viernes 1 de octubre.
El equipo hidroneumático para desazolvar las áreas inundadas arribó a la zona para iniciar las labores de extracción de agua y lodos que ponen en riesgo la salud de la población que permaneció al interior de la colonia, quienes manifiestan no haber recibido mayor apoyo de las autoridades hasta el momento.