Mediante una particular melodía que utilizan para indicar a los vecinos que se encuentran en la zona, es oficio de afilador es uno de los que se sigue ejerciendo en el municipio de San Juan del Río.
Mario Paulino Villeda, compartió que desde hace varios años ejerce este oficio, mediante el cual busca ofrecer a la población el servicio de afilar cuchillos, tijeras, navajas, entre otros instrumentos cortantes o punzantes más.
“Tengo 17 años de ejercer el oficio de afilador en San Juan del Río y a mí me enseñó mi cuñado porque yo soy originario de Toluca, pero desde hace muchos años aprendimos este oficio, recorremos todo San Juan del Río, el centro, la zona oriente, las comunidades y lugares donde sabemos que requieren de este servicio”.
El costo de este servicio, compartió que oscila en 30 pesos, todo depende del tamaño de los instrumentos, pero regularmente es este el precio que cobran, ya que buscan acercar a las familias la prestación de tal manera que puedan seguir utilizando sus cuchillos y tijeras esencialmente.
“Es común que la ciudadanía pida este servicio, sobre todo los negocios, yo utilizó una piedra esmeril para sacarle filo a los cuchillos y tijeras, pero sí es común que sigamos teniendo servicios”.
De esta manera es como comentó que no solo él sino más integrantes de su hogar se dedican a ofrecer el servicio de afilador, oficio que consideró que ya muy poco es visto en las ciudades, ya que la gente prefiere en muchos casos adquirir un nuevo cuchillo o tijeras, además de que estos instrumentos cada vez son más frágiles y no requieren de ser afilados.
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Aun cuando dijo que hay lluvias o altas temperaturas, tratan de realizar los recorridos que hacen en las colonias y comunidades del municipio, ya que es el oficio que aprendieron desde hace varios años y sigue siendo uno de los que no se olvida sobre todo entre los adultos mayores.
Finalmente compartió que la entonación de su clásica y breve melodía que se combina entre graves y agudos anuncia que recorren las calles de la ciudad para ofrecer su servicio, en su caso, a bordo de una bicicleta en la cual lleva adoptada en la parte trasera un esmeril con una piedra de afilar para dar nueva vida a los filos de los cuchillos y tijeras.
