Todavía ni pegaban los primeros rayos del sol cuando empezaron a circular las camionetas blindadas sobre la carretera a Tlacote, eran las cinco de la mañana y ya había por lo menos 100 personas en las inmediaciones de la Zona Militar, todos con solicitudes de apoyo, con la esperanza de que el líder de la 4T bajara de su camioneta a saludarlos.
Se quedaron esperando.
El acceso principal a la Zona Militar estaba vigilado al máximo, a los primeros reporteros en llegar al lugar nos corrieron, por ser zona federal no podíamos estar ahí.
Los carros empezaban a invadir las banquetas de un predio contiguo, sentían que por el evento presidencial todo estaba permitido.
Poco a poco mientras empezaba la jornada los partidarios del Presidente se congregaban, disimuladamente se iban acercado al puente que pasa sobre el río, ya para esa hora desprendía un mal olor a drenaje que por la madrugada se acentúa y es más penetrante. Tal vez por eso el primer funcionario en llegar, Santiago Nieto, ni bajó su vidrio, entró en su camioneta blindada sin saludar, meditabundo.
Justo a las 5:59 de la mañana una suburban negra y no un jetta blanco se abrió paso, la gente se arremolinó en la entrada y esperaban que se detuviera a saludarlos. El Presidente solo asintió con la cabeza detrás del vidrio, se mostraba serio, y más en la rueda de prensa cambió a tensión.
Dos minutos después un magistrado pretendía entrar y lo regresaron, no estaba registrado en la corta lista de invitados, dio vuelta y se retornó.
A lo largo de una hora empezaron a llegar diversas manifestaciones, ya había más de 300 simpatizantes de la 4T, una señora empezó a repartir playeras blancas con mensajes en rojo en contra del gobernador Francisco Domínguez, un detalle que seguramente no fue barato.
El delegado de programas sociales, Gilberto Herrera, atiende las diversas peticiones, dialoga y recibe folders, en este momento es más popular que el mismo Presidente, recorre los poco más de 200 metros de espacio que ya para esta hora están repletos.
Los del sindicato de telefonistas metieron desorden y se pegaron a la puerta de la Zona Militar, ya nadie los pudo mover, el orden impuesto por los organizadores de giras se salió de control.
Con la primera luz del día, antes de la siete de la mañana empezó a llegar un grupo con banderas de México y dejaron ver una lona con un mensaje: “Andrés Manuel no eres bienvenido” y alguien dijo “ya llegaron los de FRENA”.
La tensión creció con AMLOvers en la entrada y los de FRENA sobre avenida a Tlacote, tímidamente empezaron a expandirse a agarrar confianza, cuando a las 7:18 empezó la confrontación.
Se encararon, se gritaron, discutieron, no lograron ningún punto en común y empezó la guerra de insultos “¡paguen sus impuestos, paguen sus impuestos!”, la mayoría empezó a rodear a los de FRENA, un inconsciente con micrófono empezó a alentar a la gente a insultar a la minoría, casi estalla la violencia. Militares y policías estatales se mantenían a la expectativa, observaban, seguían los señalamientos entre ambas partes.
Ya casi para la parte final salieron la esposa y el hijo menor del presidente en una camioneta dorada, bajó la ventana y llegaron los mariachis, nadie sabe en qué lado estaban pero empezaron a amenizar el ambiente de fiesta.
A pesar de que ya cientos los esperaban el convoy del Presidente salió por otro acceso y evitó el tumulto, poco a poco la gente empezó a irse a sus vehículos pero la gran sorpresa fue que en los parabrisas de sus carros ya los esperaba un papel enrollado: una multa por estacionarse de forma indebida, por lo menos 20 vehículos recibieron su “cortesía” por no respetar la ley, porque bien que advierte el presidente: “nadie por encima de la ley”.