PEDRO ESCOBEDO, Qro.- El monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe cumplió 37 años desde su fundación, forma parte de la vida religiosa y de la tradición del municipio de Pedro Escobedo, donde actualmente viven 18 hermanas de la fraternidad de monjas concepcionistas franciscanas.
De acuerdo con Sor María Rosalina Reséndiz Soto, el monasterio se creó a partir de su cercanía con el templo dedicado a Santa Beatriz de Silva, fundadora de las concepcionistas franciscanas, el cual data de 1860.
“El 12 de noviembre pasado cumplió 37 años de haber sido fundado el monasterio, somos monjas concepcionistas franciscanas. Aquí en el pueblo, en el año de 1984 el municipio quería recoger para oficinas estos que eran salones, pero las personas del pueblo se negaron debido a que estaba anexo al templo, entonces se hizo un comité de señoras”.
Este comité compuesto por Laura Silva García, Celia Padilla, Obdulia Landeros, Irma y Mari Orozco, dijeron a la madre Guadalupe su inconformidad respecto a que se emplearan las instalaciones anexas al templo como parte del gobierno municipal, por lo que se pidió la presencia de religiosas para dar culto al templo.
“La madre María Concepción Torres, ya fallecida, trajo religiosas de la ciudad de México para que vieran el lugar, pero no les gustó, por lo que recurrieron a la madre abadesa de San Miguel de Allende, Guanajuato, la madre Beatriz y ella dijo que sí y el 12 de noviembre de 1981 llegaron nueve religiosas, ocho profesas y una postulante (…) Se pidió la erección canónica a Roma, la cual fue concedida al año siguiente”.
Detalló que el 6 de agosto de 1982 el lugar se convirtió en monasterio, ella es una de las primeras religiosas que llegaron. En ese entonces se inició con las fuentes de trabajo, que hasta hoy se conservan y que tienen que ver con repostería, donde elaboran galletas, pasteles, pan dulce, empanadas, rompope y un taller de costura, con el que se hacen todo tipo de manteles, sotanas, servilletas para eventos.
Otra forma de subsistencia es una tienda de artículos religiosos, que pertenece a un particular, pero que entrega un porcentaje de las ganancias al monasterio, estas fuentes de empleo también es una forma de interactuar con la población de Pedro Escobedo.