La Cueva de la Virgen y la Cueva de los Muertos, ubicadas en el ejido de San Clemente, en el municipio de Pedro Escobedo, son un atractivo natural y religioso que forma parte de antiguas creencias de la gente de la comunidad, detallaron Fabiola Cuellar Contreras y Óscar Esteban García Díaz, integrantes Club Fénix MTB.
Como activistas en pro del medio ambiente y promotores del ciclismo de montaña, señalaron que se han dado a la tarea de rescatar la zona que comprende el Cerro Grande, sitio donde se ubica la Cueva de la Virgen, la cual toma este nombre desde hace 15 años aproximadamente, derivado de la silueta de la Virgen de Guadalupe que adopta cuando se observa desde cierto ángulo.
“Tiene alrededor de 15 años que la gente de la comunidad ha adoptado ese nombre por la forma que tiene. También al cerro donde está se le conoce como Aztlán, porque está con dirección a la salida del sol y el cerro de enfrente es Mictlán o Cueva de los Muertos, pues es por donde se oculta el sol”.
A la Cueva de los Muertos se le bautizó así, debido a que antiguamente, la gente de la comunidad tenía la creencia que en este lugar había tesoros, motivo por el que muchos han ingresado tratando de encontrar oro y si bien hay leyendas en las que se hace referencia a que algunas personas lograron encontrar este metal precioso, también hay historias de desgracia.
“La clausuraron para evitar algún accidente. Se ve como humeada porque intentaron alumbrase prendiendo llantas y lejos de alumbrar, salieron intoxicados, han ocurrido accidentes, precisamente por la búsqueda de los tesoros”.