La presencia de migrantes centroamericanos en el municipio cada vez es mayor, buscan el apoyo de la población para alcanzar el llamado “sueño americano”, por ello, algunos aprovechan para descender de los vagones del tren de carga a través del cual viajan, a fin de pedir alimento y cobijo para llegar a la frontera del país con Estados Unidos.
Alexander Carranza Villanueva y Guadalupe Clavel Torres son un matrimonio proveniente de Nicaragua, viajan en compañía de sus dos menores hijas, aunque el trayecto desde que salieron de su país natal, no ha sido nada fácil, aseguraron que buscan llegar a Estados Unidos, solicitar en la Ciudad de México el permiso correspondiente para permanecer en el país y llegar a la frontera mexicana con la Unión Americana para intentar cruzar y mejorar su calidad de vida en el vecino país.
A bordo de “La bestia”, como la conocen, aseguraron que viajan sin importar las condiciones climatológicas, el único objetivo que tienen es ingresar a Estados Unidos, por ello, por días o hasta una semana permanecen en varios estados en donde consiguen alimento y cobijo para alcanzar su objetivo, con cartulina en mano en sitios de mayor afluencia de gente es donde solicitan el apoyo para acercar comida a sus hijas ya que dinero, poco es el que juntan, dijeron.
“Venimos de la Ciudad de Managua de Nicaragua, salimos desde hace tres meses, vamos a cumplir cuatro y de verdad hemos venido batallando, la vida en nuestro país este muy difícil, yo sé que no es culpa de los mexicanos de que vengamos a molestarlos, pero la verdad necesitamos ayuda, pasamos miles de migrantes y se que algunos se portan mal y por uno pagamos otros, pero lo único que queremos es llegar a Estados Unidos”.
Aseguraron que pedirán un refugio migratorio en Tijuana, a fin de cruzar a Estados Unidos y trabajar en aquel país para tener una mejor calidad de vida, ya que de donde vienen, afirmaron que la delincuencia y la pobreza es extrema, por el objetivo de hacer lo posible para llegar a la frontera de México con la Unión Americana junto con sus dos menores hijas conscientes de los riesgos que ello implica al subirse a los vagones del gres de carga.