PEDRO ESCOBEDO, Qro.- Hachas, marros y cinceles en las manos creativas de los artesanos de la comunidad de Escolásticas, en el municipio de Pedro Escobedo, son capaces de transformar bloques de piedra de cantera en figuras artísticas de gran calidad que recrean la vista.

Ir a Escolásticas es dar un paseo entre figuras de diversos tamaños, formas y belleza, es introducirse a un mundo mítico, donde igual se encuentran pequeñas aves, como guerreros aztecas o un león mostrando sus grandes fauces, todos ellos y más, creados desde la imaginación de canteros escobedenses.

La historia de los canteros de Escolásticas se remonta a 1954, cuando Pedro de Aspe Armella trajo a su hacienda a un maestro cantero del estado de Guanajuato para enseñar a la gente del lugar a trabajar con piedra.

En los inicios del oficio en esta comunidad escobedense, Asunción Bocanegra, Pedro Ortega, Ángel Morales y Luz Uribe fueron los encargados de sacar la cantera con cuñas y marros, cargaban a sus burros con las piedras para llevarlas a la orilla del camino.

Los hermanos Joaquín y Justo Bocanegra, así como Jesús González, Serafín Carrillo y Francisco González fueron los primeros canteros, se dedicaban a hacer loseta, cornisas y columnas.

Con el tiempo, Pedro de Aspe invitó a 30 canteros de Escolásticas a trabajar en la Ciudad de México, donde hicieron fachadas de edificios y de forma paulatina iniciaron los talleres en las casas de la comunidad, por lo que era común escuchar el golpeteo de los mazos contra los cinceles y de los cinceles contra la piedra.

En 1980 se fundó la primera cooperativa denominada “Los Trenado”, se empieza a hacer uso de otro tipo de cantera traída desde diversas partes del país, tal es el caso de los estados de Hidalgo, Guerrero, Aguascalientes, Jalisco, San Luis Potosí y Guanajuato, pero sin dejar de lado la cantera que se produce en Querétaro.

Carlos Ortega Bocanegra tiene 66 años de edad y desde los 12 años aprendió a trabajar con cantera. Relató que fue de los primeros en Escolásticas, ya que fue parte del grupo que contrataron en la hacienda de Pedro Aspe, donde el “patrón” trajo gente que les enseñó y que cambió la historia la comunidad, ya que sus habitantes viven de trabajar la cantera.

Una generación de canteros más reciente es a la que pertenece Javier Frenado Fajardo, quien desde los 13 años de edad comenzó a trabajar con cantera, aunque explicó que en un inicio aprendió el oficio como si fuera un juego, ya que al observar a su papá, quien también fue cantero, lo imitaba “haciendo como travesuras”, del mismo modo iniciaron los más de 500 que laboran en los alrededor de 160 talleres de la zona.

Ismael Saldaña Nieto refirió que desde hace 20 años es cantero, explicó que las ventas no siempre son buenas, a pesar que los talleres se encuentran sobre la carretera principal de la comunidad llamada Canteras, invitó a los visitantes a acudir a Escolásticas  de lunes a sábado de nueve de la mañana a seis de la tarde y conocer el trabajo que ahí se lleva a cabo.

Juan Antonio Bueno Osnaya tiene un taller desde hace 10 años en el que, con maquinaria pesada, se lamina o maquila la cantera, calculó que son menos los talleres que desarrollan esta actividad, pues la mayoría labra o modela la piedra.

Explicaron que la venta de cantera tiene diversas temporadas en el año, debido a que depende del tipo de productos que la gente busque, que pueden ser imágenes religiosas, esculturas, arte moderno, columnas, laminado, ventanas, fuentes, etcétera.

Los costos de la cantera suelen ser diversos, pues depende de la procedencia, la calidad y color, al respecto habló Javier, quien dijo, “Le llamamos calidad, de lo macizo a lo suave, de lo poroso a piedras muy limpias. Dentro de las canteras más caras está la hermosa de Aguascalientes, es amarilla, hay ciertas piedras que salen como si fuera madera, ya trabajada se ve como la madera. La más comercial es la cantera rosa queretana”.

Coincidieron en señalar que requieren apoyo gubernamental para difundir sus productos, una forma sería señalética o anuncios espectaculares que guíen al turismo a Escolásticas, ya que debido a que los visitantes desconocen la ubicación, suelen ser los revendedores que se establecen en otros sitios, quienes perciben mayores ganancias.