El abuso sexual infantil es una realidad que debe ser visibilizada para evitar que un mayor número de niños la vivan. Hoy compartimos dos historias de madres que han sido el apoyo de sus hijos, quienes han vivido esta experiencia.
La señora Mónica relata que su hija fue abusada sexualmente a los cinco años por el hijo de una conocida de la familia. Platica que la situación se dio luego de dejar a los hijos en otra casa, que sin saberlo era la madre del agresor; lo hizo con la consigna de que cuidara de ellos para poder asistir a una entrevista laboral, pues dijo, era necesario conseguir un trabajo para mejorar su situación económica.
“Yo siempre pensé que estaba muy al pendiente de mis hijos, que siempre estaba para ellos y cuándo me dan la noticia 7 años después, para mí fue echarme un clavado en qué había yo hecho para tener este descuido”, relató Mónica.
Refirió que el agresor, que en ese momento tenía alrededor de 15 años, amenazó a su hija para que no contara lo ocurrido. El trauma quedó reprimido en la víctima hasta que, 7 años después, durante la secundaria, las consecuencias emergieron, lo que resultó en intentos de suicidio y una severa crisis emocional por parte de su hija.
“Es muy común que los agresores les digan y sobre todo a los niños, no digas nada porque sino, pues te va a ir mal, hay amenazas y ella decidió guardar silencio”, comentó.
Mónica enfrentó una lucha “titánica” para que se reconociera la gravedad del caso de su hija y a pesar de ser desestimada en un principio por las autoridades, finalmente, dijo que con la ayuda de las personas que se encuentran en la nueva Unidad de Atención a Víctimas, se está logrando avanzar en la investigación.
“Después de dos años, la carpeta de investigación fue revisada, y ahora tenemos esperanza en el proceso judicial. Tengo la esperanza de que el agresor pueda ser sancionado”, expresó Mónica.
A pesar de los desafíos, ella destaca la importancia de la formación y el apoyo emocional que ha recibido y continúa brindando a su hija, aunque sabe que el daño no va a desaparecer, confía en que su hija pueda salir adelante.
Por otro lado, la señora Angélica relata la experiencia que vivió su hijo, quien fue víctima de abuso sexual durante dos años, desde los 9 hasta los 11 años.
“Mi hijo empezó a mostrar comportamientos preocupantes y su rendimiento escolar cayó drásticamente. Fue entonces cuando me reveló el abuso”, relató Angélica.
La denuncia fue un proceso complicado, pero la determinación de Angélica y el apoyo de las autoridades llevaron a la detención y condena del agresor de su hijo.
“Mi hijo se levantó, enfrentó la situación y, gracias a Dios, hay una sentencia para el violador”, afirmó Angélica.
Ella destaca la importancia de que las madres hablen abierta y frecuentemente con sus hijos, para poder detectar cuándo exista algún caso de abuso, no solo sexual, sino físico y psicológico y, con ello, que se dé atención a tiempo a las víctimas.
“Yo les diría a las madres de familia que luchen por sus hijos, no importa aquí quién sea el violador, hay que enfrentarlo, porque puede ser papá, incluso puede ser uno de los mismos hijos quién esté haciendo, pueden ser primos, pueden ser tíos, quién sea”, añadió Angélica.
Angélica informó que las autoridades le apoyaron en el caso de su hijo, lo que dio como resultado una persona detenida y una sentencia; pide que, como a ella, ayuden a más madres y a más víctimas que sufren de este tipo de violencia.
“Yo les invito a las autoridades que así como me escucharon a mí, escuchen a muchos padres y refundan a todos esos violadores, a todos esos abusadores sexuales que andan caminando en la calle”, externó.
Ambas historias reflejan el profundo dolor y la resiliencia que estas madres han mostrado en la búsqueda de justicia y recuperación para sus hijos. Su presencia se da en la conmemoración del Día por la Lucha contra la Violencia Sexual Infantil, donde diversas organizaciones sociales en Querétaro se han sumado a las marchas nacionales que se realizan en la Ciudad de México, Puebla, entre otras.
En la capital queretana, un contingente se unió bajo consignas como "Yo sí te creo" y "Con los niños no", con el objetivo de visibilizar y combatir la violencia sexual infantil.
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La marcha partió desde la Plaza del Estudiante, en la esquina de Tecnológico y calle Hidalgo, y culminó en Plaza de Armas, donde se leyó un pliego petitorio enfocado en la denuncia y prevención de la violencia sexual infantil, así como incrementar las penas a los responsables.
De acuerdo con organizaciones como Corazones Mágicos, Movimiento de Valientes México y Renace Paz, Querétaro se encuentra entre los diez estados con mayor número de casos de violencia sexual infantil en el país, en donde refieren que de cada 10 niños 4 son violentados sexualmente.
