Hace unos días, desde la Coparmex reconocimos el gran trabajo que realizaron los diputados que votaron en contra de la iniciativa de reforma eléctrica, promovida por el presidente de la República. Hoy en día, esos diputados sufren una campaña de desprestigio en su contra por parte del partido en el poder, que hasta han pedido un “fusilamiento pacífico”; una petición, por decir lo menos, absurda en un país que sufre una escalada de violencia brutal y que no abona a la diversidad de ideas y pensamientos.
Bajo este contexto de crispación y radicalización, el presidente López Obrador prepara otras dos iniciativas: la adhesión de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la reforma político – electoral, que evidentemente pondría en riesgo al INE.
Es importante que recordemos que el INE, antes IFE, nació un 11 de octubre de 1990 como resultado de la exigencia ciudadana de contar con un órgano que brindara certeza y legalidad a los procesos electorales de nuestro país, especialmente tras lo sucedido en las elecciones de 1988, cuando al ahora director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett, “se le cayó” el sistema de cómputo, resultando ganador Carlos Salinas de Gortari, en medio de muchas acusaciones de fraude electoral.
Esto quiere decir que antes, el mismo gobierno era el organizador y el árbitro de las elecciones. 70 años de un mismo partido en el poder dan cuenta de este esquema electoral al cual no podemos regresar bajo ninguna circunstancia.
Hoy, el INE está en riesgo, pues las intenciones del presidente son debilitar a una institución que ha logrado consolidar la democracia en nuestro país y así lo demuestra la alternancia de poderes que hemos vivido en los últimos años.
La reforma propone la reducción del número de diputados de representación proporcional, disminución de presupuesto a los partidos y que el pueblo vote directamente por los consejeros y magistrados, algo que puede dañar seriamente la democracia de nuestro país.
Definitivamente, todo en esta vida es susceptible de mejoras y las leyes no son la excepción, pero si el objetivo es destruir todo aquello que con mucho esfuerzo han construido miles de ciudadanos, no lo podemos permitir. Por eso, hoy reitero mi defensa al INE y te pido amigo lector que tú también te sumes a esta defensa.
Estar bien informados y conocer los contextos nacionales e incluso internacionales nos abre los ojos para tomar mejores decisiones, por eso te invito a que conozcas todo lo que representa el INE y el trabajo que ha realizado desde 1990. No podemos repetir esas historias de autoritarismo, dedazos y monopolios que vivimos durante muchos años.
Defender al INE es un acto de patriotismo para asegurarnos un país libre, democrático, con un correcto funcionamiento de pesos y contrapesos y en donde la diferencia de posturas e ideologías pueden convivir siempre en favor del bien común; siempre en favor de las y los mexicanos. #YoDefiendoAlINE y te invito a que lo hagas tú también.