Viernes, medio día. Las actividades en la comunidad de La Valla transcurren de manera normal. Tres personas esperan bajo la sombra de un árbol el arribo del transporte público para viajar hasta San Juan del Río; en tanto, platican sobre lo sucedido días antes.
Todo parece cotidiano. Simulan normalidad, pero lo cierto es que en el aire pesa una sensación de peligro por los repetidos hechos que se han suscitado en el acceso de la comunidad. Los pedazos de auto, vidrio y fierros torcidos del piso les recuerdan el constante riesgo que existe si se desafía a las enormes máquinas que pasan por el sitio.
Don Héctor cuenta que estaba en su casa cuando sucedió el accidente del pasado 7 de enero. Lo primero que escuchó fue al tren, deteniendo su marcha de manera intempestiva. Luego empezaron a llegar decenas de notificaciones en su celular, donde los vecinos alertaban que una vez más, la mole había embestido a un vehículo. La historia se volvía a repetir, señala.
Dice que no salió de su casa, se limitó a seguir el acontecimiento a través de redes sociales, espacios en donde en minutos se plagaron de transmisiones en vivo y noticias que informaban el fallecimiento de dos personas en el trágico percance.
Menciona que todos los hechos que han ocurrido en este sitio se han dado por dos factores. El primero, la falta de unas plumas en el cruce que marquen el alto obligatorio a los automovilistas. Y dos, la ausencia de educación vial de quienes atraviesan este cruce para ingresar y salir de la comunidad. Refiere que si se tiene uno, no sería necesario el otro.
“Son necesarias las plumas, es cierto. Pero debería haber una cultura vial primero. Creo que ese es el verdadero problema, la educación vial que no tenemos. Como es nuestro paso, nos hemos acostumbrado a pasar sin voltear a ver si viene o no el tren, o simplemente no hacemos caso a la señalética que tenemos. Entonces, yo considero que todo parte de ahí”, comentó.
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Recuerda que este no es el primer accidente fatal que ocurre en este cruce. Se remonta a octubre de 2019, cuando otro tren embistió a un camión del transporte público, provocando nueve muertes y dejando varios heridos, incluido él, pues afirma que ese día viajaba en la unidad.
Otros pobladores que están cerca coinciden con los dichos de don Héctor. Expresan que es necesario generar una educación vial para evitar más accidentes fatales como el del 7 de enero. Luego su voz es eclipsada por el pitido del tren que a lo lejos anuncia su paso.