El amor a la tierra heredado por sus padres es lo que ha motivado por años a Roberto, Samuel y Amador, para continuar con la siembra de temporal con yunta.
En la comunidad El Garruñal, perteneciente al municipio de Huimilpan: “desde pequeño aprendí de mi abuelo y mi papá, tenía 10 años cuando ya me dejaban trabajar la yunta de bueyes, lo más complicado fue saber utilizar el arado, en la actualidad ya no utilizamos los bueyes, sino caballos o burros”, expresó Samuel Rangel.
CICLOS DE LLUVIA
La siembra de temporal se da durante abril y mayo, cuando inician los ciclos de lluvia, ya que el crecimiento del maíz depende totalmente de estos: “este año, no, nos dio tiempo de barbechar la tierra, se vino la lluvia y aprovechamos la humedad para sembrar, esperemos este año nos vaya mejor, ya que años anteriores la lluvia no fue buena, por tanto la cosecha tampoco”, explicó Roberto Díaz.
El trabajo de la siembra es en alrededor de tres días, dependiendo qué tan grande sea la parcela y su jornada inicia desde antes que salga el sol para aprovechar la mañana y parte de la tarde.
ÚLTIMA GENERACIÓN
En la actualidad para las generaciones futuras, la agricultura no es un negocio viable, debido a que no se recupera lo invertido y prefieren buscar algún oficio o profesión que les deje dinero.
“Ya nosotros somos los últimos que vamos a sembrar, a mis hijos ya no les interesa nuestro trabajo, si ya no se siembran las parcelas se volverán parte de los cerros”, compartió Amador Díaz.