“Osito” graduado como Técnico Universitario en Procesos Industriales, actividad en la cual se desarrolló profesionalmente algunos años en el sector industrial, por su conocimiento y experiencia tuvo la oportunidad de viajar a diferentes lugares, destacando una travesía por Dinamarca, Sin embargo el mundo de las drogas lo atrapó.
Él tiene la fortuna de tener una hija hermosa, y a pesar de su situación nunca ha perdido el contacto con ella.
Su adicción empezó en la niñez, cuando cursaba la primaria; desafortunadamente, el medio que lo rodeaba estaba involucrado con las drogas.
A modo de diversión, se juntaba a jugar cascarita y aprovechaba para fumar marihuana. Esa fue su primera experiencia con las drogas.
Con el transcurso de los años tenía contacto con gente nueva y, junto con ella, nuevas drogas. El crack fue el siguiente nivel. Expresa que era algo diferente, pero el costo no era tan accesible, y lo dejó de lado. Después conoció el cristal y la piedra, la cual estuvo consumiendo por un largo tiempo.
Posteriormente, tuvo contacto con la heroína, que es una de las más adictivas.
Él ha tenido la oportunidad de que su familia lo ayude a superar su adicción, pero no ha querido.
Hoy ayuda a la gente de la tercera edad, ya sea cargando sus bolsas de mandado, cruzando la calle, sacando su basura, entre otras actividades para tener algo de dinero.
Día con día lucha con sus propios demonios; lamentablemente la sociedad -por su enfermedad- lo clasifica como mala persona, pero refiere lo siguiente: “Por la adicción, uno no deja de ser un buen ser humano”. Recordando que lo “cortés no quita lo valiente".