El reparto de leche bronca en la ciudad sigue vigente, Antonio desde las 6:00 am se alista para hacer recorridos a lo largo de algunas colonias, fraccionamientos y el centro histórico del municipio de Querétaro.
Antonio e Israel tienen aproximadamente 30 años en este oficio, desde las 6 de la mañana, se preparan para cargar su camioneta con 6 u 8 botes que almacenan 40 litros de leche cada uno y una hielera en la que lleva quesos, los cuales, para mantener la frescura después de tantas horas, cubren con costales remojados.
A las 6:40 am comienzan su recorrido por distintas calles de la ciudad, desde la colonia Comerciantes, el Mercado de la Reforma Agraria, Avenida Universidad, la colonia Satélite, San Pedrito Peñuelas y algunas calles del centro de la ciudad.
Ellos hacen recorridos por varias colonias dependiendo el día que sea; al llegar a cada domicilio hace sonar el claxon de su camioneta para avisar que la leche ha llegado, él y su compañero se bajan de su vehículo a tocar timbres de quienes ya son sus clientes e incluso amigos que viven cerca de la zona en donde andan, quienes salen ya con su jarra de 3 o 4 litros y un plato para llevarse un queso Oaxaca.
Sus clientes son variados, desde particulares, incluso le llevan leche a la facultad de química de la UAQ para los diversos productos lácteos que realizan en sus prácticas.
El consumo de leche bronca sigue siendo cotidiano en las zonas rurales; sin embargo, el reparto en la capital de la ciudad sigue presente, aunque son pocos los lecheros que aún realizan este oficio. La forma en la que Antonio e Israel se hacen de clientes es entregando sus tarjetas en las cuales mencionan el número al cual pueden llamar para hacer pedidos a domicilio.