Son casi las 5:00 de la tarde, y poco a poco comienzan a llegar decenas de personas al atrio del Santuario de la virgen de El Pueblito, en todas las calles se pueden ver personas acercándose con sus mascotas, animales de trabajo o de crianza, desde perritos y gatos, cotorros, pájaros, gallinas, patos, conejos, cabritos y borregos, hasta caballos, tortugas y gallos, para recibir la bendición del 17 de enero.
En punto de las cinco de la tarde, Fray Ramiro Cancino salió a la puerta del recinto sacro para cumplir con esta tradición, que a la fecha tiene un gran arraigo en El Pueblito, a diferencia de muchos otros lugares y colonias en donde ya se ha perdido esta costumbre; familias, jóvenes, niños, señoras y adultos mayores se acercan al fraile para procurar que le caigan al menos unas cuantas gotas de agua bendita a sus animalitos y así asegurarse que en efecto, quedaron bendecidos.
Fray Ramiro Cancino comenta que esta tradición tiene sus fundamentos en San Antonio Abad, un monje que nació en Egipto en el año 250, se dice que se le encomendó enterrar a un compañero llamado Pablo, “el ermitaño” y al no contar con más ayuda, fueron dos leones y otros animales quienes le ayudaron a cavar para así cumplir con esa encomienda, de igual manera, otra historia referente al mismo santo, se dice que una jabalí al dar a luz sus crías ciegas, él se compadeció de esos animales y les devolvió la vista, y por este motivo siempre se le va a representar con un cerdo o con un jabalí.
PROTECCIÓN DE ENFERMEDADES
Es por eso que muchas personas acostumbran a encomendar sus animales a San Antonio Abad, para protegerlos de enfermedades, o bien, curarlos, y llevar a bendecirlos el día que se conmemora a este santo, es una forma de rendirle homenaje y pedirle a Dios por la salud y el bienestar de todos los animales, y no solo de los que se tiene oportunidad de llevar físicamente al templo.
Esta tradición no solo es de México, en diferentes partes del mundo se celebra y se conmemora la fecha de igual manera, y una de las más importantes se realiza propiamente en El Vaticano, donde también se llevan a la Basílica de San Pedro algunos animales, que después de una misa se sale a la plaza a bendecirlos al igual que aquí.
es así como de un país a otro, y de generación en generación se van heredando las costumbres y tradiciones, las cuales, a pesar de tener un mismo origen, cada país y cada pueblo tiene sus peculiaridades que los distingue y los hace únicos.