Las recientes olas de calor han incrementado la conciencia sobre la importancia de los árboles en el entorno urbano y no solo en la reforestación, sino también para disminuir aunque sea un poco las altas temperaturas. El Tabachín, o Delonix regia, es nativo de Madagascar y destaca por su capacidad de generar una amplia sombra, reduciendo el calentamiento del asfalto sin dañar las estructuras urbanas, lo que lo convierte en un excelente aliado contra el calor.
Es conocido también como "Malinche" o "el árbol de fuego", ya que es famoso por su espectacular floración roja y anaranjada que contrasta con su follaje verde, aportando un gran atractivo visual durante el verano, este árbol adaptado de climas tropicales, no tolera bien las bajas temperaturas y muestra una gran resistencia a la sequía, lo que lo hace ideal para la jardinería y la reforestación urbana en regiones cálidas de México.
En México, el Tabachín es una especie exótica, y aunque su plantación en áreas urbanas puede ser beneficiosa, su presencia en ecosistemas naturales puede considerarse invasiva, su densa sombra puede inhibir el crecimiento de otras plantas, alterando la biodiversidad local, por lo tanto, es esencial gestionar su plantación con responsabilidad para evitar impactos ecológicos negativos.
Más allá de su atractivo visual, también tiene propiedades medicinales, especialmente para tratar enfermedades respiratorias como la tos, mediante infusiones de sus flores. Este uso medicinal resalta la importancia de conservar y utilizar el Tabachín de manera sostenible, aprovechando tanto su valor estético como sus beneficios para la salud.
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Al igual que las jacarandas, el Tabachín puede embellecer nuestras casas y calles, su rápido crecimiento y resistencia a altas temperaturas lo hacen ideal para proporcionar sombra durante el calor, sin embargo, su plantación debe realizarse con cuidado para evitar que se convierta en una especie invasora, protegiendo así el equilibrio natural y la biodiversidad local.