Ubicada a 12 minutos de la cabecera municipal de Pedro Escobedo se encuentra La Lira, una de las 24 comunidades que conforman esta demarcación del estado de Querétaro. Con más de 9 mil 700 habitantes, esta es la segunda localidad más poblada e importantes del municipio, pues en ella se guardan varias historias, tradiciones y costumbres que se han resistido al olvido y permanecen hasta estos días.
De acuerdo con la autoridad auxiliar de este lugar, Rosa María Evangelista Santiago, este pueblo adoptó el nombre de La Lira por la ex hacienda que se encuentra en este sitio, la cual perteneció a don José Raymundo de Quintanar y data del siglo XVII. Contó que, según la leyenda entre pobladores, el hacendado tenía una fascinación por su esposa, Ana Lira.
Mencionó que además de ello, el dueño de la hacienda era fanático de la música, en especial del instrumento de cuerdas llamado lira, el cual se la pasaba tocando durante sus tiempos libres. Señaló que ambas fascinaciones llevaron a que este personaje bautizara a su territorio como “Hacienda La Lira”.
Destacó que la hacienda se convirtió en espacio que brindó trabajo a decenas de personas que habitan a sus alrededores. Además de que el dueño del inmueble fue benefactor de la comunidad, pues construyó una escuela y donó un pozo de agua para que los lugareños se abastecieran del líquido potable.
“Se dice que a la comunidad de La Lira se le llama así porque el patrón de la hacienda tomó esa decisión. La esposa del patrón se llamaba Ana Lira, además el hacendado se la pasaba tocando el instrumento de la lira todos los días. Nuestros antepasados cuentan que era una persona muy generosa, porque él les dio una escuela, les dio trabajo y el pozo de agua también lo regaló. Entonces, cuando le dicen que cómo se va a llamar el pueblo, el patrón dijo que La Lira”, comentó.
Por otra parte, de acuerdo con datos históricos, el casco de la ex hacienda de La Lira tiene un estilo neoclásico, lo que la convirtió es una de las más estéticas de la región. Además, se cree que el inmueble inició su construcción en 1593 y sería culminado muchos años más tarde por el arquitecto, Francisco Eduardo Tresguerras, originario de Celaya, Guanajuato.
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Finalmente, se cree que esta hacienda fue una de las más importantes de la región por la producción agrícola que generaron sus terrenos.