La llamada “Casa del Diezmo” es uno de los edificios más importantes del municipio de Huichapan. Ubicada en el Centro Histórico de la ciudad, en la equina de las avenidas General Pedro María Anaya y Gobernador Javier Rojo Gómez, esta edificación fue escenario y testigo de hechos trascendentales para la historia de este emblemático Pueblo Mágico del estado de Hidalgo.
De acuerdo con información de la Dirección de Turismo de Huichapan, la construcción de este edificio data del año 1728, durante la época virreinal, donde los españoles controlaban todas las esferas de la vida social de este lugar, al cual nombraron desde su fundación, en 1532, como Valle de San Mateo Huichapan.
En ese sentido, la Secretaría de Turismo del Gobierno Federal señaló que fue en el siglo XVIII cuando se erigieron las principales edificaciones de este poblado, entre las que se encuentran la renombrada “Casa del Diezmo”, también conocida como “La Casa de las Palomas” o “La Borrasca”.
Ahora bien, la Dirección de Turismo municipal destacó que este lugar fue destinado por las autoridades religiosas para recolectar y resguardar los diezmos, que era la donación de la décima parte de los ingresos que las personas tenían que hacer a la iglesia católica. El edificio cumplió con esta función hasta el periodo de post-independencia, cuando esta práctica fue abolida en 1833.
Otra de las historias de las que fue escenario este edificio ocurrió en la llamada Guerra de Reforma. Según los datos históricos, el 7 de julio de 1861, Huichapan fue atacado por las tropas del general del ejército conservador, Tomás Mejía, quien comandaba a 500 hombres armados y con municiones. El arribo de este personaje fue para pedir la rendición de esta plaza.
Aquel día, este poblado fue sitiado por aquel medio millar de hombres. Sin embargo, el coronel José Guadalupe Ledezma, del ejército conservador, no se daría por vencido y desplegó a una tropa de 130 huichapenses en puntos estratégicos para hacer frente al ataque y defender este sitio.
A la Casa del Diezmo fueron enviadas Florencia y Pilar Villagrán, así como Simona Gómez. De acuerdo con los historiadores, las tres mujeres participaron activamente en la defensa heroica de Huichapan, pues desde las ventanas de este edificio lucharon con valentía hasta el final. De la batalla quedaron evidencias. Cientos de impactos de bala quedaron plasmados en la fachada del inmueble, los cuales pueden observarse hasta el día de hoy.
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Muchos años más tarde, “José Chávez Macotela, viendo que los enfermos carecían de un lugar donde pudieran curarse, solicitó al ayuntamiento la donación de la mitad de la Casa del Diezmo, así mismo donó su casa contigua y dinero en efectivo, creándose con ello el primer hospital de Huichapan que llevó su nombre”.