El alumno de Derecho de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Jaime Hernández Ramírez, egresó del curso de Cultura y Gramática en lengua de hñähñü, quien se desempeña como traductor oficial de la lengua otomí en un organismo público.
Expresó que la primera vez que sufrió acoso por su condición indígena, fue hace 20 años, cuando trabajaba como albañil en una construcción de la Ciudad de México, y luego del suceso de forma autodidacta, se interesó en estudiar leyes y reglamentos del sistema de justicia mexicano, principalmente las que protegían los Derechos de los Pueblos Indígenas.
“Cuando no había leyes de los pueblos indígenas nos pasó que estando en la obra nos preguntaban de donde veníamos; bueno, afortunadamente no me daba vergüenza, yo decía vengo de Santiago Mexquititlán, un pueblo indígena. Ahí es donde empezaron muchos compañeros del trabajo a acosarnos, nos dijeron indios ¿qué hacen aquí? EN verdad me sentí mal, dije, oye porque me están diciendo estas cosas y me pregunté ¿acaso somos de otro color? o ¿somos de otra raza?”.
Precisó que el hecho de ser de Santiago Mexquititlán, zona indígena de Amealco de Bonfil, le enorgullece y más porque ahora puede hacer algo más con su gente, por eso se preparó para velar por el respeto a los pueblos originarios que viven en el rezago.
“Hace un año llegaron cinco personas de los diferentes pueblos indígenas de Amealco, uno de San Miguel Tlaxcaltepec, dos de Santiago Mexquititlán y dos de San Ildefonso Tultepec. Les dije no tengan vergüenza, yo estoy igual como ustedes, me pueden hablar su idioma, les escucho, yo les puedo decir a los compañeros abogados y me comentaban: es que tenemos pena, pero me tuvieron la confianza y en ese momento, ya solucionaron sus problemas”.
Resaltó que el primer paso para que no se olvide la lengua es invitar a las instituciones educativas a que capaciten a los maestros de educación básica para que aprendan el Hñäñho, y a su vez, puedan orientar a los niños hablantes en el manejo de su lengua materna.
“Los jóvenes cuando salen a la ciudad y les preguntan de dónde vienen, ellos sienten vergüenza de sus raíces, pero yo les invito para que no se avergüencen y que digan con orgullo ‘sabes que yo vengo de Santiago Mexquititllán, y mi lengua es el Otomí’, concluyó.