Los paisanos que se integraron a la Caravana Migrante de 2023 para llegar a México lo hicieron de diferentes lugares de Estados Unidos. En el caso de Elgar, él prefirió viajar por carretera desde Los Ángeles, California, a Laredo, Texas, a lo largo de 2 mil 300 kilómetros, con tal de sentirse más seguro para reencontrarse con su familia en San Juan del Río.
“Como la caravana se organizó y te escoltan, quiero evitar un susto. Ya me pasó hace dos o tres años. Si entras solo por Nuevo Laredo te piden de 100 dólares para arriba en los retenes de los policías”, afirmó.
Por lo tanto decidió que su familia viajara en avión y él lo hizo a bordo de su “troca” acompañado de su perro. Luego, se trasladaría a Tequisquiapan y finalmente a ver a otros familiares en Tecozautla, Hidalgo.
“Algunos de mis amigos han viajado solos y han tenido problemas en las carreteras, sobre todo donde ponen los retenes. Por eso aproveché la organización de la caravana, para llegar seguro”, expresó.
Elgar salió desde el viernes 15 de Los Ángeles, por lo que hizo más de 30 horas en su vehículo. Prefirió eso que ingresar por la frontera con Tijuana y enfrentar riesgos al pasar por Sonora o Sinaloa.
Aseguró que tiene poco más de 20 años en Estados Unidos y que trabaja en la reconstrucción de jardines residenciales e industriales, esto en Los Ángeles, California.
Con relación a su situación, comentó que durante su estancia en el país del norte se casó con una mujer que tenía residencia legal, lo que le permitió arreglar los papeles para él estar en la misma condición y poder trabajar sin problema alguno.
Dijo que le gustaría regresa a México dentro de unos dos años, lo cual depende de la escuela de sus hijos en Estados Unidos. “Me vine a Estados Unidos, porque está bien canijo allá (en México)”. Aunque afirmó que su vida en California es rutinaria, ya que se levanta a las seis de la mañana y vuelva a las cinco de la tarde aproximadamente, lo cual hace todos los días.
Elgar aseguró que tiene dominio del idioma inglés, debido a que desde que llegó a Estados Unidos ingresó a una escuela para aprenderlo.
“Mis amigos piensan que en todo me va bien, pero no saben que uno tiene que esforzarse demasiado para lograr algo. La renta que se paga es más o menos de 800 ó mil dólares al mes”, indicó.
En otro tema, consideró que ya no hay racismo como antes, ya que, desde su punto de vista, el mexicano se abre paso en cualquier lugar, aunque reconoce que la gente vive endeudada por tratar de tener lo mejor en Estados Unidos.
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Precisó que en la mayoría de las veces los contratistas o patrones le dan el trabajo a los mexicanos, más que a los centroamericanos. “Vivir en Estados Unidos es una rutina, y nos es como muchos creen”.
Luego de visitar a sus seres queridos, piensa volver con la caravana el 8 de enero próximo, con tal de sentirse protegido con el acompañamiento de las autoridades.