Como cada año, la comunidad de El Sauz Bajo, en el municipio de Pedro Escobedo, llevó a cabo los festejos en honor a San Isidro Labrador, patrono de quienes trabajan en el campo. Entre un fervor religioso, costumbres y tradiciones, miles de personas salieron a las calles de este lugar para disfrutar la fiesta patronal en distinción al protector de los campesinos y cultivos que se dan.
De acuerdo con pobladores, este es uno de los principales eventos que hay en la comunidad, pues en él convergen las tradiciones y la fe religiosa del pueblo. Brenda, vecina de El Sauz Bajo, afirmó que esta fecha es una herencia sus antepasados, quienes cada 15 de mayo se encomendaban a San Isidro Labrador para que la lluvia y sus cosechas fueran abundantes, y con ello sostener a sus familias.
“Es una celebración muy bonita en la comunidad porque es algo que nos han heredado nuestros antepasados. Desde nuestros abuelos que comenzaron a trabajar la tierra, hasta nuestros papás y ahora nosotros como hijos que, tal vez ya no nos dedicamos a eso, pero seguimos pidiendo para que le vaya bien a nuestros campesinos, que San Isidro Labrador sea bondadoso con ellos”, comentó.
Contó que durante estas festividades se adorna la iglesia con cientos de flores, así como con papeles verdes y amarillos, colores representativos de santo patrono. Mencionó que en esta ocasión la principal petición de los fieles es que haya lluvias durante este año, las cuales permitirán al campo de esta comunidad reponerse de la sequía que ha azotado en el último año.
Los festejos a San Isidro Labrador en la comunidad de El Sauz Bajo iniciaron el pasado 6 de mayo con algunos eventos religiosos. Durante estos días hubo varias actividades como un recorrido de tractores por las calles de la localidad, procesiones con la imagen del santo y misas en el templo.
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Habitantes de la comunidad destacaron que uno de los elementos característicos de estas celebraciones son los tradicionales “shitases”, quienes a lo largo de estos días salieron a las calles a divertir a las personas. Con disfraces hechos a mano y de gran ingenio, los “shitases” se hicieron presentes en el atrio de la iglesia para bailar al son de banda, replicando las danzas de sus ancestros.
La fiesta patronal de esta comunidad culminó el domingo 19 de mayo con la tradicional quema de toritos y el castillo pirotécnico. Hasta el cierre de esta nota no se habían reportado incidentes, por lo que se registró un saldo blanco a lo largo de estos días.