Con la indumentaria lista, María afirma que va a salir a marchar este miércoles 8 de marzo, será una de las mujeres que recorrerán las calles de San Juan del Río para hacerse escuchar.
“Alzaremos la voz por las que ya no están, somos la voz de las que ya no están y creo que eso es algo que nos corresponde a las que estamos ahorita. Somos las que podemos hacer algo, las que podemos gritar y buscar eso que en su momento muchas de ellas buscaron”, recalca con la firme convicción asomada en sus ojos.
Sentada en una pequeña silla y con un pañuelo verde sobre el cuello, menciona que si bien el feminismo cuenta con múltiples definiciones, para ella esta postura se trata de una lucha social contra un sistema patriarcal. Lucha que está encaminada a que las mujeres sean tratadas con más respeto, dignidad e igualdad en todas las esferas y también a ser esa voz viva de las que ya no están.
María Cruz Ramiro tiene 21 años de edad, es estudiante universitaria y cuenta que, a los 13 años, observó en su entorno que las relaciones entre hombres y mujeres eran desiguales. Patrones que se replicaban en todos y cada uno de los contextos en donde se desenvolvía.
Narra que todas esas acciones que vivió en sus entornos sociales la llevaron a sumergirse al mundo del feminismo, ideas con las que se topó de manera formal cuando tenía 17 años y tras ser testigo de las múltiples violencias que vivió unas de sus amigas, la cual fue revictimizada tras haber sufrido un abuso sexual.
“Creo que desde experiencias propias, desde mis amigas, desde mujeres que amo y me importan fue que me empecé a dar cuenta que las relaciones estaban mal, a veces no eran justas, veía que no era justo lo que nosotras teníamos que sentir, hacer o pasar. De primera instancia me preguntaba ¿por qué tiene que ser así? ¿Por qué tiene que ser tan diferente para nosotras que somos mujeres? ¿Por qué no me siento con la libertad de ser yo, de expresar lo que yo quiero?”, comenta.
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Resalta que también a través del feminismo se busca deconstruir las relaciones sociales, crear una consciencia sobre el lugar que ocupan hombres y mujeres en el sistema actual, el cual, subrayó, es un sistema de desigualdad pues hasta hoy en día las mujeres no gozan de las mismas oportunidades que el sector masculino, hecho que se remarca aún más en una sociedad machista como la mexicana.
“A pesar de que ya está siendo visibilizado más el movimiento, creo que las relaciones aún están muy desiguales. Siento que las mujeres siguen siendo excluidas en muchos ámbitos como el trabajo y la escuela, por mencionar algunos. El respeto mismo de ir caminando en la calle creo que aún nos falta mucho, a veces no te sientes segura. Creo que por eso seguimos aquí, por eso seguimos llamándonos feministas, por eso seguimos luchando”, remata mientras se desamarra el paño morado que cargaba en la muñeca.