La emergencia sanitaria por el Covid-19 provocó un impacto en varios sectores, tal es el caso del catolicismo el cual se vio seriamente afectado este año por la cancelación de la peregrinación a pie de Querétaro al Tepeyac como tradicionalmente se realiza en estas fechas, sin embargo, esto no ha sido un impedimento para la manifestación de fe entre las peregrinas.
Visiblemente desconcertadas por el impacto del Covid-19 en este caminar católico, lamentaron que este año no haya sido posible acudir a la Basílica de Guadalupe como todos los años, por ello se preparan espiritualmente con anticipación para la llegada de este peregrinar por cientos de kilómetros, sin embargo, hoy se vive ese ambiente de fraternidad católica mediante redes sociales y la colocación de altares en honor a la Virgen de Guadalupe.
Teresa Ramírez García y Susana Mejía Romero, ambas peregrinas sanjuanenses y con décadas en el caminar guadalupano, recordaron que este año es la segunda ocasión en que se ve cancelada la peregrinación de mujeres, la primera, en el año 2010 por la epidemia de Influenza AH1N1 y este año por la pandemia del Covid-19.
Junto con Elizabeth Ruiz Alegría e Imelda Chávez Sixto, conforman un grupo de aproximadamente 100 peregrinas de varios municipios para continuar profesando su fe católica a través de redes sociales, y desde las 6:00 am iniciar con varios ejercicios católicos como el rosario de la aurora, el rosario peregrino y algunas otras oraciones y cantos.
A pesar de las diversas necesidades espirituales que cada una de ellas tiene durante estas fechas en que caminaban hacía el Cerro del Tepeyac, este año coinciden en pedir a la Santísima Virgen de Guadalupe por el fin de la pandemia del Covid-19, así como proteger a todos los hogares no solo de San Juan del Río sino del mundo, y evitar más muertes por este virus, por ello al iniciar con sus jornadas de ejercicios católicos hacen dichos pedimentos.
Con esta incertidumbre que hoy viven las católicas por la cancelación de la peregrinación, confían en pronto se acabe y que el año próximo puedan reanudar su caminar a la Basílica de Guadalupe, ya que en esta semana conforme pasan los días solo les queda recordar las anécdotas y vivencias que tuvieron el año pasado en cada uno de los lugares donde pernoctaron sin poder hacer nada más que orar “con el corazón abierto y pedirle a la Virgen de Guadalupe se apiade de nosotros”.