La “ley anti colillas” es un avance positivo para prevenir la contaminación que provocan los residuos de cigarro, pero lo siguiente debe ser reglamentar el tratamiento y disposición final de estos desechos, dijo Rodrigo Ruiz Díaz, consultor legal ambiental.
Recordó que se inició con el programa de espacio libre de humo, ahora se concretó la reforma para sancionar a quienes tiren colillas de cigarro en la vía pública, y aunque en muchos espacios públicos y privados hay depósitos para este tipo de desechos, no serán suficientes, por lo que aún habrá que regular el depósito, tratamiento y disposición final.
“Es como las pilas, hay acopio y después qué sigue, realmente hay un proceso de tratamiento y disposición final, ése sería realmente el éxito en todo tema de residuos y es de lo que habla la economía circular, para evitar desperdiciar madera, plástico, cartón (…) pero con subproductos como una colilla de cigarro ¿Qué se va a hacer, se va disponer, se va a incinerar, se va a hacer un nuevo polímero?”.
Consideró que para el tratamiento y disposición final de las colillas también se requerirá de inversión y tecnología, pues resaltó “Es ir más allá, qué sigue ¿Acopiar, poner contenedores y qué vas a hacer con los desechos, los vas a enterrar, los vas a quemar o los vas a transformar?”, estimó que habrá cientos o miles de colillas de cigarro que debe tener un destino concreto.