Escolásticas es una comunidad ubicada al suroeste del municipio de Pedro Escobedo, con más de 2 mil 700 habitantes, este sitio se ha posicionado a nivel estatal como la tierra del labrado de cantera y quienes ahí habitan han sido considerados como unos de los mejores artesanos de cantera del país, incluso con proyección internacional.
De acuerdo con información compartida por la Dirección Municipal de Turismo, la tradición del labrado de cantera inició en el año 1954, cuando Pedro Aspe llevó a un maestro cantero, originario de Guanajuato, para que introdujera y enseñara esta actividad en el municipio escobedense. Tras unas cuantas clases, los hombres originarios de Escolásticas fueron quienes se adaptaron rápidamente al cincel y martillo con el que se trabaja este material.
Fue a partir de entonces cuando los hombres que aprendieron este oficio comenzaron a trasladar los pesados bloques de cantera hasta sus hogares para producir algunas piezas, principalmente aquellas que se empleaban en la construcción como losetas, columnas y cornisas. Según los datos compartidos, los primeros canteros fueron Joaquín y Justo Bocanegra, Jesús González, Serafín Carrillo y Francisco González.
“Cuando este oficio comenzó a practicarse en la comunidad, se sabe que Asunción Bocanegra, Ángel Morales, Pedro Ortega y Luz Uribe fueron los primeros en obtener la roca volcánica con la finalidad de trasladar los bloques para que fueran trabajados por los hermanos Joaquín y Justo Bocanegra, así como Jesús González, Serafín Carrillo y Francisco González, quienes fueron los primeros canteros que producían loseta, columnas y cornisas”, señala la instancia municipal.
Se cuenta que tiempo después, y debido al talento que mostraban, Pedro Aspe invitó a 30 canteros de la comunidad a realizar trabajos en la Ciudad de México, principalmente para intervenir algunas fachadas de la capital del país, que gracias a la calidad que impregnaban las manos de aquellos hombres fueron de las más pulcras de toda la ciudad.
A su regreso, aquellos artesanos instalaron talleres formales dentro de sus casas para continuar con la actividad del labrado. En 1980, tras el aumento en el número de canteros en la comunidad, se instauró la primera cooperativa en la zona, la cual además de albergar a los artesanos de Escolásticas, también brindo empleo a cientos de personas de las localidades aledañas.
De este modo el labrado de cantera se convirtió en la principal actividad fuente de ingresos de la comunidad. Sus artesanos perfeccionaron la técnica y pasado de elaborar losetas y columnas a labrar esculturas sacadas de su propia imaginación.
De acuerdo con la Dirección Municipal de Turismo, se estima que actualmente hay 300 talleres de cantera que dan empleo a pobladores de las comunidades de San Cirilo, Dolores de Ajuchitlancito, La Ceja y La Purísima.