El trabajo proporciona sentido y oportunidades para aprender y crecer, para superarnos como seres humanos, para aportar mediante nuestro talento y esfuerzo, nuevas y mejores realidades para nosotros mismos, nuestros papás, hijos o hermanos.
El trabajo es todo tipo de acción realizada por el hombre independientemente de sus características o circunstancias; significa toda la actividad humana que se puede o se debe reconocer como trabajo entre las múltiples actividades de las que el hombre es capaz y a las que está predispuesto por la naturaleza misma.
La necesidad de trabajar quizás tuvo su origen hace milenios, en el instinto básico del hombre de sobrevivir y perpetuarse como especie. En aquel mundo solo y hostil, el hombre debió utilizar todas sus capacidades para proveerse de alimentos, elaborar su ropa y vivienda, fabricar sus utensilios, herramientas y armas, para proteger a sus hijos.
Hasta ahora, el trabajo sigue y seguirá siendo todo lo que el hombre hará para su satisfacción, alegría y bienestar; toda la gama de actividades que satisfagan sus necesidades primarias, así como alcanzar la riqueza material y espiritual para el mismo y los suyos.
El trabajo, ése proceso productivo que en muchos es remunerado por un patrón o una empresa, para otros ser sus mismos patrones es un reto por superar todos los días para “alcanzar” ése bienestar material y espiritual necesario para simplemente vivir.
La presente serie es una pequeña muestra de hombres y mujeres que realizan un trabajo, remunerado por un patrón, empresa o buscándolo por sí mismos: obreros, paletero, mesero, comerciante, carnicero, sembrador ...todos ellos gustosos por lo que hacen, por lo que son, por crear un arte para vivir.