Uno de los emblemáticos hoteles que hay, no solo en el municipio de Tequisquiapan, sino de todo el estado, es El Relox, debido a que históricamente este lugar, remonta a los mayorazgos en la Nueva España del señor Felipe Antonio Teruel, de acuerdo al cronista honorario del Pueblo Mágico, Juan Carlos Hernández Nieves.
Expuso que la descendencia de don Felipe Antonio Teruel, de acuerdo a la historia, llega a la hija de doña María Petra Teruel, casada con don Antonio Velasco de la Torre e Yrustra, “ellos tuvieron entre sus hijos a Guadalupe Velasco Teruel, esta última se casó con Miguel Michaus y Oroquieta, ellos dueños y herederos de las tierras del abuelo de Guadalupe, don Felipe Antonio Teruel”.
Dijo que entre sus tierras se encontraba la Hacienda de Tequisquiapan, que era la de mayor extensión, de ahí que también se conoce como Hacienda Grande y que hoy es uno de los lugares más arraigados de la localidad.
Narró que en 1894 fue cuando se conoció el lugar denominado El Relox, pues el dueño, dijo que era un señor de nombre José Isaac Arana, “aquí tenemos una conjetura interesante, posiblemente en ese tiempo ya existía un hotel denominado Hotel Colón que era de la Familia Michaus Zarazúa y la parte oeste pertenecía al citado señor Arana, sitio llamado El Relox, en 1900 y hasta 1905 aparece en las listas mercantiles el Hotel Colón propiedad de la señora Felicitas Zarazúa viuda de Michaus, pues el señor Julio había fallecido el 6 de abril de 1886”.
El cronista refirió que de acuerdo a los archivos históricos del municipio, en el año 1917 don Ernesto Perusquía Layseca quien fuera el primer gobernador del estado, fue quien compró los “Baños el Relox” al doctor Salvador Michaus Zarazúa, hijo de don Julio y Felicitas, por lo que fue don Ernesto quien puso a funcionar el inmueble como hotel, por sus ocupaciones políticas, sin embargo, en 1919, se casa con Dolores Alcocer Mendoza y es ella quien le insiste para que rentaran los cuartos de la propiedad que había comprado 2 años atrás en Tequisquiapan, “la misma señora Lolita recuerda que su primer cliente fue Saturnino Osornio, que también fue gobernador de Querétaro y que le pagó cinco pesos por diez cuartos”.
Dijo que fue así como comenzó la historia del Hotel El Relox propiedad de don Ernesto Perusquía Layseca, amigo inseparable y leal a don Venustiano Carranza, este último incluso fue padrino de bodas de don Ernesto y Lolita; acudía al hotel el primer jefe constitucionalista a visitar a sus apadrinados y a bañarse en las bellas y termales aguas del hotel, Carranza tenía su poza privada cuando visitaba este lugar.
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Por lo anterior, hablar del Hotel Relox, es resaltar la historia de Tequisquiapan, pues en sus páginas se cuenta también el desarrollo turístico de este pueblo, un hotel que entre su exuberante vegetación y manantiales, cautivaba a todo el visitante, no por nada su eslogan fue “Paraíso Ecológico Hecho Hotel”, y era justo esa característica la que funcionaba para la estancia de los visitantes.
