AMEALCO DE BONFIL, Qro.- Del lugar conocido como "El hospitalito", en la comunidad de San Miguel Tlaxcaltepec, Amealco de Bonfil, se cuentan grandes historias y leyendas que sobreviven al paso del tiempo, ya que su construcción data de 1700, como uno de los sitios que empezaron a poblar por los ciudadanos otomíes.
Así lo expuso Jesús Marcial Miguel, habitante de esta localidad, quien a sus 79 años, recuerda que cuando se construía la capilla principal, los trabajadores y sus familias eran atendidos en este hospital que estaba equipado con doctores y enfermeras, quienes hacían uso de la medicina tradicional para sanar algunos padecimientos.
Indicó que cuando los albañiles que estaban realizando los trabajos estructurales, sufrían caídas, inmediatamente eran trasladados a este lugar que se encuentra a menos de 100 metros de la capilla, y allí permanecían por algunos días hasta que se recuperaban.
"Nuestros abuelos decían que ese lugar no estaba, y que solamente lo construyeron para atender a quienes estaban trabajando en la capilla pero no crean que los curaban con medicinas como ahora, ellos utilizaban hierbas para sanarlos y por eso le dejaron el nombre del hospitalito".
El señor mencionó que afuera de “El hospitalito” se colocó una cruz de piedra al fondo de este lugar, y cada una de las esquinas, contempla rasgos de la fe católica y hacen referencia al santo patrono San Miguel Arcángel, guardián de la población.
Declaró que después de la construcción de la iglesia, hubo un periodo, en donde la gente se enfermó de epidemias que para ese entonces eran nuevas y no había cura, en ese lapso desafortunadamente fallecieron decenas de personas de San Miguel Tlaxcaltepec y barrios aledaños.
Marcial Miguel señaló que lamentablemente no hay registro de quienes fueron los que construyeron el hospitalito, pero su estructura guarda aún la tradición de los materiales de adobe que se utilizaban en aquella época.
Manifestó que actualmente este lugar no tiene ninguna utilidad, sólo es el punto de salida para los mayordomos y cargueros para cuando son las fiestas tradicionales en octubre, o cuando hacen peregrinaciones a otras capillas.