La Secretaría de Salud del estado de Querétaro enfatizó en la importancia de realizar actividad física para mantener la salud física y mental e incrementar la calidad de vida.
Actividad física es cualquier movimiento corporal producido por la contracción de músculos esqueléticos, los cuales utilizan más energía que la gastada en reposo.
Con la actividad física se liberan endorfinas, aumenta la producción de noradrenalina y el cerebro libera dopamina. Estos cambios químicos intervienen en el control del estrés, la ansiedad y evitan la depresión.
En todas las etapas de la vida la actividad física es importante, ya que mejora la fuerza muscular, el equilibrio y la coordinación motora gruesa y fina, lo cual, representa una mejor calidad de vida, especialmente en los adultos mayores.
El principal beneficio al realizar actividad física es la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, como la hipertensión y la diabetes.
En la actualidad se recomiendan 60 minutos de actividad física al día de tipo moderado-vigoroso, los cuales parecen ser suficientes para evitar el sobrepeso u obesidad. Acumular un mínimo de actividad física vigorosa de 15 minutos al día, produce beneficios para la prevención de estas enfermedades.
La Secretaría de Salud fomenta la actividad física a través de acciones realizadas en los centros de salud como: sesiones educativas, talleres, ferias de salud, eventos masivos, pausa para la salud, alianzas con otras dependencias e instituciones; además de carreras, caminatas, entre otras.
Para realizar actividad física por grupos de edad las recomendaciones son: en menores de 5 años de edad: el juego activo, además de contribuir al desarrollo físico de la niñez, favorece desarrollo cultural y emocional. De 5 a 17 años: la actividad física consiste en paseos a pie o en bicicleta, juegos, deportes, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados en el contexto de la familia, la escuela o la comunidad.
A partir de los 18 años en adelante: la actividad física consiste en actividades recreativas, desplazamientos por transporte (como caminata o en bicicleta), actividades ocupacionales (trabajo), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.
Además, se recomienda una alimentación correcta que incluya los tres grupos de alimentos -verduras y frutas, cereales y leguminosas, y alimentos de origen animal-, aumentar el consumo de agua simple, disminuir el consumo de alimentos dulces (galletas, golosinas, refrescos, etc.) y salados como embutidos, botanas, así como alimentos enlatados.