Hace un año, a la esposa de Daniel le dijeron que su embarazo era de alto riesgo, que las complicaciones que presentaba podían provocar que tuviera un parto prematuro y con ello se ponía en riesgo a ella y al infante. Fiel a su devoción, él se acercó a niña blanca y le pidió que protegiera a su esposa e hijo, que el niño naciera sin complicaciones y que su esposa gozara de salud.
Un año después Daniel, su esposa e hijo llegaron desde la capital queretana hasta el Santuario de la Santísima Muerte, ubicado en el municipio de Pedro Escobedo, para agradecer este y otros favores que la niña blanca les ha concedido. Señala la carriola del pequeño y dice que el nacimiento de su hijo es uno de los favores más significativos que le ha cumplido, además de la protección que siempre le ha dado.
“Aquí mi hijo es uno es uno de mis favores, aquí esté mi hijo presente. Cuando estaba en el vientre de mi esposa estaba con dificultades, quería nacer antes de tiempo. O sea, quería llegar temprano, aún no estaba maduro, era un embarazo de alto riesgo, pero mira aquí está mi niñote. Hace un año venía en el vientre y ahora viene ya en la carriola. Y bueno, siempre me ha cuidado de muchas cosas, me ha dado protección, la mera verdad”, cuenta.
Dice que su devoción a la Santa Muerte inició hace tres años, por la influencia de un hermano y desde entonces ha asistido de manera anual a la peregrinación hacia el Santuario. “Cada año estoy aquí para agradecerle el día a día, mi familia, mis hijos. Siempre vamos a estar agradecidos con ella. Apenas tengo tres años de ser devoto de ella, tengo poquito, pero de aquí en adelante. Hasta que ella me recoja vamos a estar aquí”, menciona.
Cada año, durante el 1 y 2 de noviembre, miles de personas provenientes de diversos lugares de Querétaro y otros estados asisten al Santuario de la Santísima Muerte, localizado sobre el Boulevard Reforma, a un costado de la autopista 57.
Durante estos días, los devotos entran al recinto que luce adornado de papel picado, decenas de arreglos florales y veladoras encendidas. Algunos de ellos permanecen de pie escuchando las misas celebradas, otros cargan la imagen de la niña blanca esperando que sea bendecida, otros más se acercan a alguna de las figuras para pedir o agradecer algún favor.
Hay quienes dejan sobre las imágenes de gran tamaño de la niña blanca puros, cigarros encendidos, otros más prefieren colocar dulces, algunos más en forma de agradecimiento o de petición de abundancia colocan sobre una de las figuras billetes, frecuentemente dólares, aunque también resalta el billete de 100 mil pesos del Banco de la República de Colombia.
Dentro del recinto y a un lado de la niña blanca, prevalece una lona donde se lee el nombre de Teodoro Reyes Díaz, fundador del Santuario de la Santa Muerte en Pedro Escobedo y fallecido el 9 de enero de 2011.
Otro de los asistentes a este Santuario es César, quien lleva sobre sus brazos una imagen de la Santa Muerte y relata que desde 2012 comenzó a ser devoto de ella y que hace cuatro comenzó su peregrinar hacia el Santuario para agradecer los favores que la niña blanca le ha concedido, entre ellos un crecimiento laboral y encontrar una novia con la misma devoción de él.
Algunos de los asistentes dicen que la devoción a la Santa Muerte no distingue de sexos, clases sociales o grados académicos. Mencionan que si bien en muchas de las ocasiones su devoción es estigmatizada, eso importa poco, pues la fe con la que acuden es más fuerte que los dichos. Dicen que lo único que piden es respeto… respeto para ellos, para su devoción y para la niña blanca.