Mario Moreno Vallejo fue profesor de nivel secundaria durante 25 años en el municipio de Pedro Escobedo, tiempo en el que identificó que en este municipio la desintegración familiar es la principal causa que lleva a los jóvenes a caer en el mundo de las adicciones, situación que a su vez los conduce a convertirse en delincuentes.
“Nos llegaban jovencitos que desde hacía tiempo traían cierto tipo de adicción a determinada droga, se les detectaba, se les canalizaba a terapia psicológica, ayuda e incluso a muchos de ellos se les buscaba algún lugar dónde pudieran rehabilitarse, pero en algunos de los casos, los papás desatendían la problemática y se lo dejaban todo a la escuela y la mayoría de estos niños eran de familias desintegradas”.
Y es que consideró que al provenir de una familia desintegrada “son presa más fácil de quienes se encargan de invitarles la primera dosis”, lamentablemente cuando el problema crece, los jóvenes empiezan a sustraer objetos de sus hogares o de otros sitios para poder comprar la substancia tóxica, convirtiéndose así, en un problema social que debe ser atendido desde raíz.
“Padres de familia dicen ‘profe, de repente desapareció la plancha, la licuadora o ya no está el estéreo, o la tele’, poco a poco la adicción los hace ir destruyendo su propia familia, empiezan por ahí, porque hay más facilidad de sustraer, es tanta su necesidad de conseguir su dosis, que después incurren en delitos más graves, como andar detectando casas solas para meterse a delinquir”.