Son más de 25 años desde que la señora, Isidra Enríquez Rojo, habitante de la comunidad de El Sitio, inició con la venta de gorditas y dobladitas, las cuales se hicieron famosas en gran parte de San Juan del Río y llevadas a Estados Unidos por migrantes sanjuanenses cuando visitan el municipio, sobre todo en esta época de fin de año.

“Todos los días hago, aunque sean pocas, diario viene gente, luego de San Juan, de Querétaro, hasta para México las llevan para comer o hacer una fiestecita o también van para el otro lado y se las llevan. Hay un señor que me hace encargos y cuando se va a Estados Unidos las lleva, también las personas que van y vienen les encargan y se llevan. Ahorita como vienen muchas familias, todas quieren llevar dos o tres cuartitos cada quien”.

Comentó que nunca se imaginó que sus gorditas y dobladitas fueran tan solicitadas, ya que en ocasiones le hacen encargos para fiestas o reuniones, la mayor cantidad que ha preparado son 400, por lo que requiere ayuda de por lo menos dos personas.

Sin quitar la concentración en voltear cada gordita apostada en el comal, para evitar que se quemen, explicó que la cantidad que prepara la mide en “cuartillos” de maíz, cada cuartillo equivale a un kilo y medio de masa, con el que se produce un promedio de 40 gorditas, las cuales son elaboradas por doña Isidra desde el nixtamal.

“Hay veces que hay quien me ayuda y hacemos unos 10 cuartillos, que son 400 gorditas más o menos, pero no es diario. La mayoría me mandan a preparar de puro chilito verde y negro, porque si van con guisado se echan a perder por eso nada más me las piden solitas y para comer aquí sí con nopales, con papas, con chicharrón”.

Debido a que en la comunidad de El Sitio se acostumbra mandar comida a los hombres que trabajan en la milpa o en las construcciones, las mujeres aprenden a hacer tortillas, gorditas y dobladitas, por lo que viendo es como aprendió y a pesar que cuenta con seis hijos, tres varones y la misma cantidad de mujeres, ninguno se interesó en seguir con esta actividad.

“Les preparaba a mi familia, a mis hijos, por allá convidaban y debido a eso otras personas se deban cuenta y después donde quiera me mandan a hacer gorditas para fiestas o cuando fallece alguna persona, o para visitas que se les antojan las gorditas”.