En el municipio de San Juan del Río cada vez hay menor monjas, debido a que se ha reducido el número de aspirantes a ser religiosas, por ello, desde el Monasterio Franciscano de Nuestra Señora de los Dolores menor conocido como “El Beaterio”, se ha optado por brindar un acompañamiento a las menores para que busquen conocer de esta vocación.
Las integrantes de esta fraternidad que se ubica en el centro de la ciudad del municipio sanjuanense, Margarita Gómez Anaya (Abadesa), Ángela Yáñez Cruz (Consejera), y la hermana María de Cristo Barrón Zúñiga, compartieron que es necesario retomar la vocación religiosa, con la finalidad de que haya más mujeres comprometidas con la vida monástica y contemplativa.
Con una vestimenta en color marrón, cuyo atuendo es el que portan diariamente, compartieron que para dedicarse a la consagración tienen que pasar nueve años, pues de inicio se da un tiempo libre para que las aspirantes decidan conocer de esta vocación, de ahí cursar con años más, mientras un segundo como postulante.
Explicaron que después de ello, las jóvenes cursan dos años más de postulado y de ahí tres años con votos temporales, para finalmente realizar dos años más de votos definitivos que le permitirán consagrarse a la vida religiosa en medio de una ceremonia especial que se hace de manera pública.
El anterior proceso, dijo que poco se ha visto en los últimos años, toda vez que las jóvenes acuden a solicitar información y vivir su experiencia pero por pocos días y en algunos casos si regresar, por ello, insistieron en que es necesario que al interior de las familias se impulsen este tipo de vocaciones.
“Ahorita somos 27 hermanas, las edades son diferentes, tenemos hermanas de 80 años, de 60, de 35 años también, ha bajado muchísimo la vocación porque antes desde más pequeñas venían las aspirantes a hacer su experiencia y no era de que ya vine y ya me voy, de que no me gustó, era como de que vine y me quedaré porque había una gran vocación, ahorita si es difícil porque vienen y no se deciden, como que no saben que quieren, como que no conocen de la vocación, tal vez es porque no hay enseñanza desde las familias porque desde ellas no traen algún sacramento, o no participan en algo”.
Comentaron que aunque para esta vocación hay edades, también hay sus excepciones, pues existen ocasiones en donde han acudido mujeres de más de 20 años que desean vivir la experiencia, pero regularmente se busca impulsar esta misma en las menores de 12 y 13 años de edad.
“Las edades para recibir son variables, a veces hay sus excepciones, tanto para chiquitas como para mayores porque la edad son 16 y 17 años para entrar y hacer su experiencia, pero se han dado casos que llegan de 12 y 13 años y se quedan, la experiencia es dependiendo de lo que las aspirantes deseen, pueden estar un mes y en ese mes ven cómo se vive, por ejemplo, es variable el número de aspirantes que al año vienen, pero si han venido pequeñas como de 12 y 13 años, nosotras les damos acompañamiento pero ya luego ya deciden no seguir y se van, el año pasado (2023), vinieron bastantes, fueron nueve, pero ya solo nos visitan pero no se quedan de lleno, a nosotros nos toca sembrar y prepara el terreno y esperar a que en ellas nazca, en otros años en retiros que se hicieron, se generó que si vinieran lo doble y de más edades pero tampoco se quedaron”.
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De esta manera es como compartieron que hay menos vocación entre las jóvenes por dedicarse a la vida religiosa, por ello, de distintas maneras las integrantes de este lugar, optan por difundir y llevar el mensaje a donde van para que conozcan y vivan la experiencia de consagrarse a la vida religiosa.