En el corazón de la zona indígena de San Ildefonso Tultepec, Amealco de Bonfil, se está llevando a cabo un arduo trabajo para rescatar la Danza de Pastores, la cual data de 100 años aproximadamente, sin embargo, la dejaron de practicar hacer más de dos décadas por el estereotipo que solo las mujeres danzaban.
Así lo dio conocer María De Lourdes Pérez Jacinto, artesana y habitante de esta región, quien precisó que es Leticia Severiano una de las mujeres que, desde hace cuatro años, pero sobre todo recientemente se ha comprometido a rescatar la danza, la lengua materna y sus tradiciones.
Indicó que la presentación de esta danza de los pastores fue en el templo de la comunidad en honor a San Isidro Labrador, para pedirle un buen temporal para el campo y que las cosechas rindan, y honrar al santo patrono San Ildefonso, quienes dijeron “nunca los ha abandonado a pesar de las contingencias y problemas de salud en el mundo”.
Fue así como en un comienzo solo se interesaron 10 personas entre niños y adultos, ahora ya suman alrededor de 30, y poco a poco esperan seguir generando más grupos en los barrios de la localidad.
“Con este trabajo que las mujeres están rescatando, queremos que los niños no se avergüencen de su lengua, que aprendan a danzar y que sepan que es para todos, no solo para las mujeres. Cada aspecto tiene un por qué, es importante que nuestros hijos se integren”.
El día de la danza los niños y adultos llevaban pantalones azules, camisa blanca y una banda roja para hacer más vistoso el atuendo, hacían círculos e intercambiaban lugares con los arcos luminosos y floreados que portaban en las manos, todos acompañados por el violín, pandero y la tambora.
En una parte de la danza, el escenario afuera del atrio se llena de color porque se conjuntan los bailes con las pastoras, es decir, hombres y mujeres con la danza bailan como guardianes de esta cultura y la algarabía se hace presente.
AGRADECIMIENTO
Como parte del agradecimiento la mayordoma de la danza de los pastores Leticia Severiano, instó a las familias de los asistentes a llevar mole, pulque, tortillas hechas a mano, pollo, frijoles y arroz para compartir con la gente y motivarlos a que no se abandonen estas costumbres otomíes.