Los estallidos de cohetes en las iglesias u otros lugares afectan en mayor medida a algunas personas autistas, ya que entre las características que tienen es la hipersensibilidad auditiva, lo que ocasiona en ellos una reacción más dañina, informó Georgina Pérez Ortiz del Grupo Equinoamigos A.C.
“Lo que pasa es que en el trastorno del espectro autista hay algo que se llama hipersensibilidad, y algunas personas con autismo tienen hipersensibilidad auditiva”, expresó.
La especialista en terapia con equinos, indicó que no sólo los cohetes pueden causar malestar en las personas autistas, sino que puede ser cualquier otro ruido fuerte o agudo; ejemplo de ello, dijo que puede ser un claxon, el golpe fuerte hacia un objeto o algo imprevisto que los sorprenda.
“No solamente los cohetes, sino en general pueden ocasionar afectación ruidos fuertes o agudos; es decir, ciertos tipos de sonidos que son los que nos lastiman, que son incómodos e incluso pueden detonar crisis en la persona autista”, explicó Georgina Pérez.
Agregó que básicamente esto sucede por la sensibilidad sensorial que tienen las personas con autismo. “No todos tienen esa hipersensibilidad, pero quienes sí la padecen pueden verse afectados”.
Pérez Ortiz precisó que sobre el tema no se hacen estudios para determinar cuál es el número de personas que pasan por esta situación, sino que más bien son datos generales los que se manejan en las estadísticas.
El 2 de abril pasado, grupos de apoyo a personas con espectro autista realizaron una marcha desde la Alameda Hidalgo hasta la Plaza Constitución, con la intención de hacer conciencia en la población sobre lo que esto significa en la sociedad y de lo cual se requiere la implementación de mejores programas.
Mencionó que en su asociación civil, lo que hacen es dar rehabilitación integral afectiva con caballos, que es lo que se conoce como equinoterapia.
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Georgina Pérez, mencionó que cada 2 de abril se hace esta movilización para crear conciencia y visibilizar este padecimiento, que en Querétaro es la segunda ocasión que se realiza.
“Ver a una niña o niño en la calle con alguna dificultad al mismo tiempo no es fácil detectar lo que presenta desde su nacimiento; necesitamos que lo invisible sea visible”, afirmó.