En la actualidad, los cambios y la incertidumbre que, como sociedad enfrentamos, requieren en las personas una mayor fortaleza para una mejor toma de decisiones. La educación en emprendimiento generalmente se entiende como un esfuerzo para desarrollar habilidades y actitudes que promuevan actividades de emprendimiento. Aunque se ha reconocido que las mujeres emprendedoras tienen una contribución económica significativa, aún enfrentan diversas barreras, cómo económicas, legales, sociales, culturales y también formativas. Incluso la comprensión de lo que constituye una perspectiva de género, es un reto para tomadores de decisiones del ecosistema de emprendimiento.
Si bien, la educación puede jugar un rol crucial, también debería incorporar y trabajar hacia el logro de dos conceptos: la diversidad y la igualdad. Aunque se ha destacado la necesidad de una educación más inclusiva en todos los niveles, hay que destacar que las organizaciones a la hora de diseñar, impartir y evaluar los cursos educativos necesitan decidir las mejores vías de actuación, mismas que incluyan innovaciones que aborden el ámbito sociocultural, particularmente en el caso de las mujeres.
Eventos locales como INCqro, han ido incorporando iniciativas y herramientas de reflexión que las instituciones y organismos puedan adaptar, diseñar e implementar estrategias formativas que los lleven al entendimiento de una perspectiva de género y que las lleven a diseñar estrategias en entornos complejos, incluyendo perspectivas críticas, científicas, sistémicas e innovadoras. Si bien, es cierto que al principio es necesario que se desarrollen mecanismos e iniciativas dirigidas especialmente a mujeres, eventualmente esta formación en emprendimiento debería incorporar una visión más inclusiva, diversa y equitativa.
*Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.
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