Ubicada a tan solo siete minutos de la cabecera municipal de Huichapan, Hidalgo, se encuentra la comunidad de El Boyé, un pequeño poblado con apenas 450 habitantes, pero que dentro de su territorio guarda uno de los sitios más importantes de la demarcación, esto debido a su riqueza histórica. Se trata del conjunto de pinturas rupestres que están plasmadas en algunas rocas.
De acuerdo con historiadores e investigadores, El Boyé se encuentra en la zona del Valle del Mezquital que han acudido a la zona, las pinturas rupestres que se encuentran en esta zona se pueden dividir en tres conjuntos, donde cada uno de ellos contienen diferentes trazos que representan figuras humanas, animales, plantas, grecas, así como elementos astronómicos y de carácter religioso.
La mayoría de estos trazos se encuentran plasmados en las rocas que forman parte de una barranca que se localiza en esta zona. Dentro de la tesis “Negrura de lluvia entre dioses: El arte rupestre de El Boyé”, la historiadora Daniela Peña Salinas destaca que estas pinturas fueron realizadas por otomíes que habitaban la zona donde actualmente se encuentra dicha localidad.
Dentro de su trabajo detalló que estas pinturas evidencian el pasado ritual de los habitantes del Valle del Mezquital. Además de que representan la cosmovisión de quienes habitaron este sitio en el pasado, así como algunas de sus prácticas cotidianas o la muestra de lo que se encontraba a su alrededor.
Una de las pinturas más legibles y representativas en esta zona es la conocida como “los danzantes”. Se trata del dibujo de 18 figuras humanas con los brazos extendidos y unidos entre sí formando una fila; cada uno tiene un mechón o tocado en la cabeza. Según los investigadores que han estudiado el sitio, esto puede representar una ritual, donde la danza es el elemento central.
En esta misma cueva, es en donde se encuentran “los danzantes”, también se puede observar una serie de grecas y otros elementos que representan aspectos religiosos de los otomíes. Asimismo, en otros sectores de esta zona existen trazos que representan a animales, tales como las garzas con sus patas sumergidas en agua. Los investigadores señalan que esto representaría la fertilidad y la lluvia, toda vez que en el Valle del Mezquital abundaba el agua.
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Además, en otras cavernas y rocas se pueden observar los dibujos de estrellas, el sol, figuras geométricas y vegetales, entre las que se han distinguido árboles, plantes de curación y de cultivo. También es posible observar que trazos que se asemejan a algunos edificios, pirámides, templos, cruces y varias grecas.
De acuerdo con registros “Boyé”, deriva del vocablo “Boy’e”, que significa “lugar donde llueve mucho” o “negrura de lluvia”. Sin embargo, lugareños lo han interpretado como “lugar de barrancas”, debido a la geografía del sitio.