Durante junio, los pobladores del municipio de Huichapan recuerdan a uno de sus personajes ilustres, quien figuró en la historia contemporánea de la política de este país. Se trata de Javier Rojo Gómez, personaje que destacó por su desempeño en el ámbito político no solo del estado de Hidalgo, sino de todo México. Por esta razón, cada año, integrantes del Gobierno Municipal realizan un homenaje en su honor.
Javier Rojo Gómez nació el 28 de junio de 1896 en la comunidad de Bondojito, ubicada a 15 minutos de la cabecera municipal de Huichapan. Proveniente de una familia de escasos recursos, desde muy temprana edad comenzó a trabajar como peón de la Hacienda que se localizaba en esta localidad. En su niñez trabajó como pastor, además de que se hizo responsable del cuidado y la seguridad de Isabel, la hija del hacendado.
De acuerdo con un texto escrito por el actual diputado federal, Carlos Ortiz Tejeda, en su tarea de cuidador, Rojo Gómez llevaba a la pequeña niña a la escuela y la esperaba toda la jornada de clases para regresarla a salvo a la hacienda de la familia Lugo.
“Mientras ella tomaba sus lecciones, el callado indito, sentado en cuclillas en el quicio de la puerta o pegado como sombra al marco de la ventana, con el carrizo que usaba para abrirle camino entre arbustos y zarzales a su valiosa encomienda, repetía en la tierra los extraños signos que veía en el pizarrón y que tiempo después supo se llamaban letras y números. Así aprendió, al parejo que la niña Isabel Lugo Guerrero”, señala el documento.
Además, destaca que luego de varios años, Rojo Gómez se casó con la niña que había estado a su encargo. Fue en la década de 1920 cuando se casó con Isabel Lugo Guerrero, con quien procrearía al menos cinco hijos, los cuales siguieron los pasos de su padre, incursionando en la política y ocupando cargos importantes.
Algunos otros datos históricos refieren que estudio en la Antigua Escuela Nacional de Jurisprudencia, donde obtuvo el título de licenciado en Derecho en 1924. Una vez egresado de esta institución, comenzó a incursionar en la política de su estado natal, prestando principal atención a los problemas de los campesinos hidalguenses.
El primer puesto que ocupó en la entidad fue diputado local; años después sería electo para formar parte de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Fue hasta el año 1937 cuando se convirtió en Gobernador del Estado de Hidalgo, cargo que ejerció hasta 1940. En ese mismo año fue nombrado como Jefe del Departamento del Distrito Federal y en 1957 fue designado como Embajador de México en Japón.
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En 1967, y por órdenes del presidente Gustavo Díaz Ordaz, fue nombrado como Gobernador del Estado de Quintana Roo, cargo que ocupó hasta el día de su muerte, el 31 de diciembre de 1970.