Este 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, padecimiento que se calcula afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, y en México a 10 millones. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) este mal puede llegar a hacerse crónico o recurrente, y dificultar el desempeño en el trabajo o la escuela, y la capacidad para afrontar la vida diaria.
La OMS define la depresión como un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa, baja autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
En su forma más grave, puede conducir a la presencia de conductas de riesgo, y llegar a necesitar para su tratamiento, una intervención multidisciplinaria de un equipo de trabajo especializado; pero si es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos. Además de la afectación a la persona enferma, la depresión también afecta a su entorno familiar y comunitario. En el peor de los casos puede llevar al suicidio.
Por lo anterior es necesario que, si se sospecha de padecer dicho trastorno, acuda a un profesional en salud mental (psicólogo o psiquiatra), para que valore la sintomatología presentada y realizar un diagnóstico e indicar el tratamiento adecuado.
La persona afectada deberá llevar una vida saludable con factores protectores en su vida diaria como: alimentación saludable, descanso, evitar factores estresantes, ejercicio diariamente, hábitos positivos, , su familia deberá apoyar e informarse sobre dicho malestar.
Algunas recomendaciones para combatir la depresión son: ante una situación de tristeza permanente que no mejora, es necesario acudir al especialista. En caso de recibir el diagnóstico de depresión, seguir un tratamiento, ya sea con fármacos si es necesario, o con terapias (individuales o de grupo).
Es importante el autocuidado. Realizar ejercicio y llevar una dieta sana y equilibrada, hace que la mente desconecte y ver la vida con positividad. También se aconseja tener momentos de relajamiento, reflexión y desconexión; acercarse a la familia y amigos; compartir momentos, conversaciones y aficiones; realizar actividades novedosas y placenteras, como inscribirse a un curso, talleres o clubes.
Es conveniente dormir adecuadamente, hacer planes a corto plazo y avanzar en pequeñas metas, lo que derivará en bienestar, ya que, la recompensa, sobre todo emocional, al conseguir aquello que se planea, activará la positividad para seguir adelante.