La comunidad de La Concepción, uno de los barrios más antiguos del municipio, de acuerdo con la delegada de la comunidad, María Victoria Cortes Ramos, celebró un año más a la purísima virgen, por lo que las calles y casas se adornaron con los distinguidos colores azul y blanco, dejando notar la veneración que se le tiene.
Los festejos empiezan desde el 7 de diciembre, cuando se le da velación a la patrona para posteriormente a las cinco de la mañana, cantarle las mañanitas. Durante todo el día del 8 de diciembre, se extrañaron las actividades como bandas, danzas, juegos mecánicos, misas, rosarios y los tradicionales shitases que por pandemia quedaron suspendidos.
Y es que fue el segundo año que no se celebró de la manera acostumbrada, por las medidas de distanciamiento social, que ha frenado esta distinguida tradición, pero no la devoción de los habitantes.
Cortes Ramos comentó que esté año, al término de la eucaristía, solo se llevó a cabo el alba de cohetes y no hubo permisos por parte de presidencia para el uso de pirotecnia y de bandas, pero a pesar de todo, los fieles demostraron lo importante que es seguir con las costumbres de la localidad.
Mayra Yáñez, quien llegó a vivir hace 10 años a La Concepción afirmó que son fiestas muy bonitas porque dejan notar el cariño y la fidelidad que se le tiene a la purísima. Espera que la situación de la pandemia mejore, para que el año siguiente sea de manera normal.