Fieles católicos del municipio de San Juan del Río, comenzaron a llegar desde temprana hora a las distintas iglesias de la localidad, para participar en el Miércoles de Ceniza, acto con el cual comienza el periodo de la Cuaresma.
Uno de los espacios fue el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe, en donde se celebraron dos misas, una de seis y media y otra de las ocho de la mañana, para posterior comenzar con la colocación de la cruz negra, con lo que se marca uno de los periodos más importantes para la iglesia católica, pues con ello se convoca a los fervientes a tener una conversión y preparación para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo durante 40 días.
Previo a la colocación de la ceniza en la frente, integrantes de la iglesia católica, se encargaron de explicar que con esta ceremonia de imposición de la ceniza, comienza el periodo de preparación de la Pascua, rito en el que se invita a la penitencia, “Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos está cerca”, (Mt 3,2), ahondaron.
“En este día comenzamos la Cuaresma, que es un tiempo de preparación para la Pascua. En este tiempo, la iglesia nos invita a la conversión personal, convertirse es reconciliarse con Dios, apartándose del mal para establecer la amistad con Dios, nuestro Padre, supone dejar el pecado en el que se ha caído y hacer penitencia”, mencionaron.
Para este día, se utilizan los restos que se obtienen al quemar las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior, además los católicos deben confesar sus pecados este miércoles de Ceniza, pues es un día para reconocer la propia fragilidad y la mortalidad.
En el Miércoles de Ceniza es obligatorio el ayuno y la abstinencia, como el Viernes Santo, para los mayores de 18 años y menores de 60 años, de ahí en fuera esos límites son opcionales.
De esta manera es como en el Santuario Guadalupano, de nueve a dos de la tarde se estará imponiendo la cruz de ceniza, mientras tanto a la par en la iglesia parroquial se reanudará el horario de colocación de las cuatro de la tarde a la ocho de la noche, de manera intermitente con el rito que conlleva efectuar el inicio de la Cuaresma.