Además de adornar las tumbas con la colorida flor de cempasúchil o poner sobre ellas la comida favorita del ser querido, otra de las tradiciones que se pueden observar en los panteones durante el Día de Muertos es la música. Durante esta fecha, varios conjuntos musicales se hacen presenten en los cementerios para rentarse y tocar aquellas canciones que en vida eran disfrutas por los difuntos.
Para Ray, hombre que acudió a visitar a uno de sus seres queridos este 2 de noviembre, la música es un imperdible en la cultura mexicana. Afirmó que cada acontecimiento importante, el mexicano suele acompañarlo con música, ya sea una fiesta de cumpleaños, una boda, una ruptura amorosa e inclusive la despedida de un difunto.
En esto coincide uno de los miembros del grupo “Integrados”, un conjunto norteño originario de la comunidad de Vistha que acudió al panteón 3 de San Juan del Río para llevar sus melodías a las personas que yacen muertas en este sitio. Dijo que como músico se debe de estar disponible para cualquier tipo de evento, ya sean fiestas o desgracias.
En ese sentido, afirmó que el Día de Muertos es una oportunidad de trabajo para quienes se dedican al oficio de fundar melodías. Señaló que en esta fecha se abre la posibilidad de que los músicos puedan llevarse unas cuantas monedas más a sus bolsillos e inclusive hizo la comparación del reportero que persigue la nota para llenar la cuota diaria.
“Es una oportunidad de trabajo. Es una oportunidad para nosotros, es como ustedes cuando reportan un accidente o lo que sea y dicen ‘vamos’. Así estamos nosotros, vemos un día especial y vamos a él. Además, la mayoría de mexicanos tenemos la costumbre, la tradición de echarle una canción a nuestro difunto”, contó mientras cargaba su acordeón color rojo y permanecía sentado sobre los barrotes de una tumba, atajándose el sol debajo de un árbol.
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Mencionó que las canciones que les solicitan son diversas, desde las que eran del gusto de los difuntos hasta aquellas melancólicas que los familiares piden para despedir una vez más a sus seres queridos, en tanto sus lágrimas riegan la tumba. Afirmó que la canción que más tocaron fue “Amor eterno”, pieza escrita por el cantautor Juan Gabriel.
Entre risas y bromas, uno de sus compañeros interrumpió y dijo que después de su jornada en el panteón, viajarían a Pedro Escobedo, pues una persona los contrató para tocar dos horas en la fiesta para la Santa Muerte. Al tiempo en que platican esto, una mujer se acercó a ellos y les hizo la señal para que fueran al nicho de su difunto. El grupo puso pausa al descanso y “Amor eterno” volvió a sonar.