José Ramiro Morales Valdés, este año cumple 14 de peregrinar a la Basílica de Guadalupe y es la cuarta ocasión que carga en su espalda una imagen de la Virgen (de un metro de alto regalada por su padre), durante todo el trayecto.
“Esta imagen la tengo afuera de su pobre casa y la traigo cada tres años, hace doce años que fue que la traje por primera vez, a la hora de salir de casa, vi que su mirada era muy triste y un día antes de salir, mi señora y yo nos pusimos a hacer el costalito, está hecho con nuestras propias manos”.
De las cuatro veces que la Virgen acompaña a José Morales en su andar de peregrino, tres veces ha salido desde Neblinas, junto con los peregrinos de la Sierra Gorda.
Morales Valdés vive en el municipio de San Juan del Río, viaja hasta Neblinas y de ahí comienza toda su experiencia espiritual; que le ha ayudado a rehabilitarse del consumo de alcohol y drogas.
“El milagro soy yo; soy drogadicto y alcohólico que, por gracia de Dios, llevo 19 años sin tomar y 17 sin drogarme, si me pusiera a contarte todo lo que le debo a la Madre, es mucho, entonces esta es una forma muy sencilla de agradecerle por lo que ha hecho por mí”.
José Morales también este año, pide por la salud de su padre, que tenga pronta recuperación de la enfermedad que le aqueja. La esposa de José Ramiro lo apoya en todo y siempre está al pendiente de él, ya que no viaja con ningún otro familiar cercano.
“Cuando llego a los pies de la virgencita es una alegría, un gozo indescriptible, sabemos que para ese entonces ya se cumplieron los 16 días de caminar y los segundos que estoy frente a ella, mi corazón me dice valió la pena el calor, la lluvia, lodo, se acaba todo eso, lo único que me queda en mi corazón es el agradecimiento a la Virgen Morena”.