En el kilómetro 148 de la carretera federal 57, se concentran decenas de mujeres artesanas nativas de las comunidades indígenas de Amealco de Bonfil, las cuales acuden con sus familias a vender sus creaciones, a pesar de que se exponen a diferentes peligros al esquivar carros y tráileres.
Tal es el caso de Magdalena Tinajero González, madre de cuatro menores, quien es de la localidad de Santiago Mexquititlán, ella se dedica a elaborar muñecas Lele, además de servilletas y figuras de barro, platicó que desde hace cuatro años acude a la caseta de Palmillas a ofrecer sus productos, ya que es la única manera de juntar dinero para subsistir con su familia.
Dijo que, en este sitio, también trabajan sus hermanas, y que hay ocasiones en las que se enfrentan a diferentes peligros, toda vez que los autos les aceleran antes de que ellas llegar a las ventanillas para que no les puedan ofrecer nada, esto ha traído como consecuencia que en ocasiones la fuerza con la que pasan, las tiren.
“A uno aquí le pasa de todo, las personas son groseras cuando nos acercamos y solo pedimos trabajar, en las plazas no podemos entrar porque están cerradas en Querétaro y San Juan, y los niños no saben esperar si tienen hambre, aquí hay que aguatar sol, lluvia y granizo”.
La artesana indicó que, en ocasiones cuando no les va bien en las ventas procuran dormir en la zona aledaña al área de venta de barbacoa, por ello diariamente además de sus artesanías, también viajan con una cobija para poder pernoctar.