Las intimidaciones de los inspectores de Tequisquiapan y Bernalhacia los artesanos son cada vez más frecuentes, denunció AnabelGuerrero Zúñiga, artesana proveniente de la comunidad deChavarrías en el municipio de Cadereyta, que viaja los fines desemana a estas localidades para vender sus productos acompañada desu pequeña hija.
Dijo que, estas personas tienen un trato prepotente con lasmujeres que van a comercializar productos como muñecas,servilletas, bolsas, collares y figuras de barro, pero como notienen permiso para permanecer ahí, deben abandonar los espaciospúblicos.
Este comportamiento también es propio de los comerciantesfijos, ya que en ocasiones con groserías tratan de apartarlos delos clientes que se acercan a querer preguntar por sumercancía.
“Nos quitan - los inspectores-, lo que hacemos como lasmuñequitas y las servilletas y los locatarios nos dicen que nosvayamos porque les quitamos a sus clientes, pero yo digo que cadaquien hace su lucha”.
La artesana indicó que, a pesar de la situación vulnerable enla que se encuentra, ella se siente orgullosa de su trabajo, yaque aunque no gana mucho le alcanza para llevar el sustento a sufamilia, además que cada vez se prepara más para ofertar mayoresproductos con diseños únicos.
“Yo empecé a realizar este trabajo porque me siento orgullosade mi país y porque creo que la artesanía es cultura. Esto es loque nos representa en oros países pero los presidentes no quierenreconocer”.
Guerrero Zúñiga, sostuvo que cansada de esta situacióndecidió acudir a El SOL DE SAN JUAN DEL RÍO paradar a conocer esta situación y a través de este conducto pedirque las administraciones sean más sensibles con los artesanos.