Una de las comunidades que preserva entre sus gentes las tradiciones heredadas por sus ancestros es Ajuchitlancito, ubicada en el municipio de Pedro Escobedo. Cada año, se llevan a cabo las fiestas patronales en honor al Señor San José; en dichas celebraciones salen a flote algunas de las costumbres más antiguas de la localidad como la entrega de pan y los sombreros de azúcar.
De acuerdo con los vecinos de la comunidad, los festejos de este 2024 arrancarán el sábado 16 y culminarán el martes 19 de marzo, día en el que se celebra al Señor San José, santo patrono de esta localidad escobedense. Señalan que de acuerdo a la tradición oral que ha pasado de generación en generación, estas fiestas tienen más de 240 años de antigüedad.
Puntualizaron que si bien durante los días de fiesta hay elementos que puedan aparecer en otras comunidades como novenarios, los tradicionales shitases, danzas o la quema de juegos pirotécnicos, en Ajuchitlancito existen dos tradiciones que han logrado sobrevivir al paso del tiempo, que son la entrega de pan y los sombreros que son elaborados de azúcar.
Aunque afirmaron que hasta cierto punto desconocen el significado de ambas tradiciones, refieren que son ingredientes que no pueden faltar en cada celebración. Sobre la entrega de pan, explicaron que se trata de una actividad que se hace a las afueras de la capilla de San José, una vez que ha terminado el recorrido por toda la comunidad con la imagen de dicho santo.
Dijeron que al finalizar la procesión, sobre el atrio de la capilla son colocadas las denominadas “parandas”, que son roscas de pan elaborado de pulque, las cuales son colgadas en un palo que están adornados con los colores representativos del santo patrono. Señalaron que en este mismo lugar se colocan mesas y sillas donde se comparten algunos alimentos.
Asimismo, refirieron que después de la convivencia, el pan de pulque es entregado a quienes asistieron a la fiesta y después de ello, se despeja el atrio para que aparezcan los tradicionales shitases, quienes comienzan a bailar al ritmo de la música de viento, como una réplica a las danzas que los ancestros hacían a los dioses.
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Otra de las costumbres que se mantienen vivas son la de los sobreros de azúcar. Explicaron que se trata de sombreros elaborados con pasta de azúcar que son portados por algunos asistentes de la fiesta, como los mayordomos del templo. Refirieron que cada año algunas familias se dedican a la elaboración de estos accesorios, oficio que también ha ido de generación en generación. Mencionaron que también hay ofrendas que son figuras de frutas hechas de azúcar.
