Criticar a la mayoría de las y los políticos de nuestro país hoy resulta muy sencillo y a veces hacerlo hasta podría ser cómico, claro sino fuera trágico. Y mire usted que la crítica no sería a los resultados porque eso ya sería muy ventajoso.
Dejemos a la “tiktokera” clase política a un lado (madre mía), y hablemos de la ciudadanía. Claro que ahí también hay tela de donde cortar. ¿Qué tal somos las y los ciudadanos para reconocer en qué estamos mal de manera personal y colectiva con respecto al rol que nos toca jugar? ¿Sabemos qué tenemos que hacer además de pagar impuestos, obedecer la ley y votar cada tres años? Es más, ¿siquiera nos interesa? Sí, a mí también me resultó incómoda la reflexión. Le cuento, hace algunos días terminé de leer la autobiografía de Barack Obama, su libro titulado: “Una Tierra Prometida”, por cierto recomiendo ampliamente su lectura, aunque aquí en confianza debo decir que es muy probable que experimenten una sensación molesta e irritante; yo la defino como envidia, envidia de que nuestro país no sea gobernado por alguien con sentido común, pero eso lo dejamos para después. Dentro de su libro, el otrora hombre más poderoso del mundo le dedica en casi todo momento espacios importantes al tema del cambio climático, aborda los retos internos que enfrentó como país, así como las audaces y persistentes acciones diplomáticas que impulsó a nivel global respecto a este tema. Dándole la misma importancia que a cualquier otro asunto que podría aparentar mayor relevancia.
Hoy es 22 de abril, se celebra el día mundial de la tierra, (yo la verdad le hubiera puesto el día mundial del mundo, me gusta como se oye) bueno lo que debería ser un movimiento permanente y con la sintonía absoluta de la ciudadanía y el gobierno, en México termina siendo una “celebración” de quien se acuerde. En este caso no encuentro otra razón más poderosa para que las dos partes que conforman la sociedad estuvieran de acuerdo, o quizá solo soy de los que piensa que no nos mudaremos a Marte pronto.
Esto lo hago para demostrar con un sencillo ejemplo que la parte ciudadana tiene también áreas que atender. ¿Por qué creen ustedes que la mayoría de las ofertas políticas se centran en lo que es más rentable electoralmente? Pues porque no les hemos dicho con la suficiente contundencia, que hay más temas que atender. Dicho de otro modo seguimos permitiendo que nuestras realidad y necesidades colectivas, se adapten a las propuestas y a los ejes de gobierno. Cuando tendría que ser totalmente al revés (aquí es cuando usted dice: “ah pues sí cierto.”)
Las decisiones y las acciones que nos guían a un mejor futuro es lo que deben definir nuestro camino. Claro que este camino debe ir evolucionando porque eso sin duda sería una buena señal de avance y democracia.
Me regreso al ejemplo del cambio climático, como este tema no siga siendo lo suficientemente importante para exigir acciones en el cuidado del planeta, condicionando esto al poder de nuestro voto, pues pasará lo que pasa; exacto, lo mismo de siempre.
Si la ciudadanía no es autocrítica, entonces nuestro rol se vuelve tan absurdo como un espejo sin reflejo.
Por cierto es la primera vez que escribo una columna en un avión, así que si me lo permite considere usted esto como un texto de altura.
Nos leemos el próximo jueves.
@julio_cabrera