El regreso a clases presenciales en México plantea un reto inédito, según cifras del INEGI para este ciclo escolar se inscribieron 32.9 millones de estudiantes, con un rango de edad de 3 a 29 años. No se me olvida contar a las y los maestros, ni a todo el personal que hace funcionar una escuela; de momento y para efectos prácticos, estos datos son por demás suficientes.
Solo para dimensionar el tamaño de lo que viene, casi el 26% de la población total del país estaría conviviendo en las aulas a partir del 30 de agosto. Dicho por los expertos esto no hubiera representado mayor riesgo antes de la aparición de la variante DELTA (COVID), que vino a patearnos las piezas de un rompecabezas que parecía casi armado.
No es necesario ser epidemiólogo o investigador para imaginar cómo cada estudiante podría llevar a la escuela o a su casa un riesgo de infección, y bueno, a esto podemos sumarle la convivencia social fuera de las aulas que es imposible de medir.
Tan solo la semana pasada en Estados Unidos, hubo 94,000 contagios registrados en niños, esto representó el 15% del total de contagios nuevos que se dieron durante el periodo. Pero aquí en México el gobierno federal otra vez no está tomando en serio la realidad, cosa que desde luego no tiene por qué sorprendernos.
Esta decisión de enviar a los estudiantes de regreso a clases, tiene muchas aristas y opiniones tan diversas como la situación particular de cada familia. El acierto, sin duda, es que sea un tema voluntario. Es acierto en respeto al deseo de las personas, y “acierto” para el gobierno federal, ya que con eso diluye en mucho su responsabilidad, que no es poca por cierto.
En lo personal, creo que se podría aplazar el regreso a las escuelas en tanto se pueda tener un panorama y control sobre esta nueva ola de contagios, se trata de vidas humanas.
Las comparaciones a veces son complicadas, pero se me ocurrió tomar dos parámetros para ver el comportamiento de la enfermedad respecto a otros países en el lapso de un mes a partir del 30 de agosto (se que no en todos los países regresan a clases ese día).
Nuestra primera constante será el PIB, y nuestras variables serán, dos lugares hacia arriba de nuestro país y dos lugares hacia abajo. Quedando de la siguiente manera: Brasil (13), España (14), México (15), Indonesia (16) y Países Bajos (17). - Según datos del FMI.
Ahora nuestra segunda constante, la población. Con datos de la ONU, y con la misma dinámica de variables; Bangladés (8), Rusia, (9) México (10), Japón (11) y Filipinas (12).
Llegada la fecha, en este mismo espacio compartiré lo que nos arroje este ejercicio.
Sin duda la humanidad sigue nadando en mar abierto, el tiempo no es favorable, el agotamiento físico y mental suponen aún más incertidumbre.
Ahora también nadan los niños…
¿Salimos de la aulas o evolucionamos con las aulas?
Por cierto, el día de mañana 13 de agosto es cumpleaños de un gran amigo, a quien tanto le agradezco y de quien tanto aprendo, ¡un abrazo Don Roberto!
Nos leemos el próximo jueves.
Twitter: @julio_cabrera