“La realidad tiene de real, lo que de real tiene la realidad.”
Santoveño.
El presidente ha hecho de la reconciliación una de sus banderas, sin embargo, él mismo ha traicionado su dicho al negarle esa oportunidad a tres protagonistas fundamentales:
1. El pasado
Es el único momento en la línea del tiempo donde ya no se puede hacer nada, y es ahí donde penosamente se enfocan las añoranzas del presidente en una terrible mezcla de revancha y obsesión.
Nadie pide que se olvide del pasado, solo que no entierre su tiempo corriendo detrás del viento, porque hacer historia no es lo mismo que ser dueño de la historia.
2. La realidad
La noche del primero de julio del 2018, probablemente fue el último día que Andrés Manuel conversó con la realidad.
A partir de ese momento se esfumó el presente y desapareció esa realidad de su mente.
-10 millones de nuevos pobres
-Una inseguridad desbordada
-Niñas y niños con cáncer sin tratamiento
-Desabasto de medicamentos
-Inflación económica al alza
-Una pandemia fuera de control
Suficientes ejemplos, ¿no?
Una vez más, piensa que también es soberano de la realidad y claramente no es así:
-Una rifa de avión sin avión
-Un aeropuerto cancelado por corrupción sin corruptos en la cárcel.
-Una refinería nueva con PEMEX quebrado.
-Una consulta popular, impopular.
-Una lucha contra la corrupción con el 80% de los contratos por adjudicación directa.
-Un movimiento de regeneración nacional, que se ha vuelto una degradación nacional.
La realidad te permite interpretarla, pero es imposible duplicarla.
3. Futuro
No se puede estar bien con el futuro si no reconoces el presente.
Por eso aquí hay poco que decir, pero tanto que hacer.
A estas alturas, ya prácticamente a la mitad de su gobierno.
¿Tendrá el presidente esas tres reconciliaciones que le permitan a México cambiar de rumbo?
-Yo creo que no.
Nos leemos el próximo jueves.
Twitter: @julio_cabrera