Este próximo domingo 13 de noviembre, está convocada una marcha nacional, que tendrá su epicentro en la Ciudad de México; todo esto para la defensa del INE.
He leído en redes sociales muchas opiniones al respecto, pero sin duda las que más me llamaron la atención fueron aquellas donde la expresión común era que: “una marcha no servía de nada”, o que “cuándo una marcha había cambiado algo”. Me parecieron dudas muy razonables.
Si la idea es vivir en un país democratico, entonces sí que deberíamos estar ocupados y preocupados por lo que está por suceder en México. Hace semanas aquí mismo lo escribí, el Presidente López Obrador va por el INE, y va con todas sus fuerzas, quizá sea el proyecto más importante de su gobierno, muy por encima de los bodrios de infraestructura que tanto dinero le están costando al país. Con su cantaleta de querer ahorrar, lleva de nuevo la misma oferta a sus bases. Entre líneas les dice, “si tú no tienes dinero, no es justo que el INE tenga dinero.” Por supuesto que no lo dice de manera textual, porque incluso perdería la gracia de hacerlo con ese cinismo encantador que tiene para decir las cosas a su modo.
La marcha del domingo, no se trata de mover los pies para avanzar físicamente a algún lugar. Se trata de mover la mente y la conciencia de millones de mexicanas y mexicanos que hoy con toda la razón están otras cosas; por ejemplo atendiendo su día a día, justo porque el país está cada vez peor. La marcha es una insurgencia intelectual y pacífica ante la falsa realidad que todos los días el gobierno busca sembrar en la gente. Sí se trata del INE, pero también se trata de poner un alto y marcarle un alto al Presidente con sus alas de ícaro y su fiebre de volar más alto. Ya pasó la frontera donde la voluntad del pueblo le permite con todas las de la ley actuar como Jefe de Estado democrático, para convertirse en un oligarca de pies a cabeza. Y no es insulto, al contrario es una descripción de las que dan fe los hechos.
Dirá más la reacción del gobierno respecto a la marcha, que la marcha en sí. No tengan duda de ello. Será un termómetro de precisión exacta para medir a quien ostenta el poder, y también a quienes lo apoyan.
¿Sirven las marchas?
La historia en el mundo nos puede servir para formar criterio.
Nos leemos el próximo jueves
- Twitter: @julio_cabrera