Según cifras de la OPS/OMS en la región de América hay 142,252 muertos anuales y más de 5 millones de lesionados por accidentes de tránsito. Nuestro país ocupa el segundo lugar de muertes en la región por este rubro. De acuerdo con los mismos datos, en México mueren más de 24 mil personas al año en estos accidentes, 40,000 quedan con alguna discapacidad permanente y la cifra de lesionados supera los 700,000.
Los números a veces leídos pero sin padecerlos de manera directa, solamente nos dan una referencia donde cada quien la interpreta según sus criterios. La cosa se pone grave cuando algún ser querido se vuelve parte de esas cifras, entonces sí que se hacen escandalosas.
De acuerdo a los datos (2021) del Consejo Estatal de Población (COESPO) a nuestro estado llegan a vivir diariamente en promedio 34 personas, es decir poco más de 12 mil al año. Cada vez somos más, y eso se nota. Por eso el gobierno tiene que echar mano de todo tipo de herramientas que permitan mantener y fortalecer el orden desde las facultades que la ley les otorga.
En este caso, siendo Querétaro un estado de vanguardia, innovador y dinámico, el uso de la tecnología como mecanismo de prevención y sanción ya no tiene porque ser una novedad, es desde hace mucho una necesidad que si bien se ha ido atendiendo; al ritmo de nuestro crecimiento siempre habrá más y más que hacer.
No tengo duda que la gente que vive en Querétaro está lista y además merece que el gobierno incorpore cada vez más nuevas herramientas que permitan fortalecer el orden desde todas las perspectivas posibles.
Vale la pena decir que muchas veces el uso de la tecnología aplicada por nuestras autoridades y aún con un impacto positivo al ciudadano, es tomado como botín político. Se escudan en violaciones a los derechos humanos y quien sabe que tanta cosa más. Apenas hace unos días en una evaluación de The World Justice Project (https://worldjusticeproject.org) Querétaro aparece en primer lugar de evaluación nacional en índice de Estado de Derecho. Por eso creo que es un buen momento de ir más allá, y que sea por el bien de todas y todos los que aquí vivimos.
Y por cierto.
Me enteré con tristeza hace algunos días, del fallecimiento de don Heriberto Garduño Díaz, un señor amable, educado y de buen trato. Vecino durante toda mi niñez en la queretanísima colonia Cimatario. Un abrazo a toda su familia, descanse en paz.